Cuando se pretende salvar a una empresa o institución por medio de la comunicación, se entra a una zona peligrosa de negación de la realidad.
Se pone emoción en algo que requiere de la razón y el análisis certero, antes de actuar. Es por esta urgencia de comunicar algo, que a veces se recomienda hasta lo impensable.
Se busca concretar una lluvia de mensajes aislados sin visualizar el bosque sembrado. Esto no es más que ruido y no necesariamente en beneficio de la marca.
Resulta sencillo comprender que sin un buen plan de negocios y una sabia estrategia que defina un norte, toda exposición o inversión que se haga tiene muchas posibilidades de ser infructuosa o estar fuera de las verdaderas necesidades del producto o servicio anunciado.
He aquí algunas recomendaciones:
1. Elegir una empresa de comunicación comercial en una competencia que evalúa un trabajo creativo puntual o un presupuesto, es muy subjetivo. Puede ser que guste la idea o el precio, pero si no se evalúa otros aspectos como la afinidad con la categoría y experiencia, tarde o temprano, se puede cuestionar la elección, al igual que los resultados.
2. Ponga énfasis en la inteligencia estratégica de la gente y la diferenciación que logran, no solo en un diseño. Siempre ganará más con un mensaje bien dirigido, en el medio correcto, ejecutado con creatividad asertiva y a su medida.
3. Evalúe junto a su agencia de publicidad cada etapa del plan de negocio que se pretende promover.
Recuerde que no solo es una inversión del momento sino para impulsar el valor de su marca a largo plazo y necesita del pensamiento continuo que aportan los especialistas en este campo.