¿Fue el 2024 bueno o malo? Esa es una pregunta difícil de contestar y cuya eventual respuesta está cubierta por una escala de grises. Aún así, en este artículo tomaremos seis de los principales indicadores económicos para evaluar, a grandes rasgos, qué imágenes pintaron en este año.
Dado que la información siempre viene con el retraso de algunos meses, utilizaremos los datos más recientes posibles. Algunos son de octubre, en el mejor de los casos, pero otros pueden ser de hasta el primer semestre.
También se trata únicamente de indicadores financieros, otros elementos como educación o seguridad, aunque también tienen un rol protagónico en el ecosistema económico, no entrarán en el análisis.
Inflación
La inflación se ha mantenido por debajo del 0%, a excepción de dos meses, un comportamiento que viene desde finales del año pasado.
¿Bueno o malo?
Es malo, ya que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) sigue acumulando meses sin alcanzar el rango meta de ±100 puntos base alrededor del 3%. Esto ha llevado a aplazar repetidamente la proyección para llegar a la meta, ahora prevista para el último trimestre del 2025, lo que puede comprometer la credibilidad de la institución y sus políticas futuras.
Aunque es menos dañina que la inflación de doble dígito de 2022, la inflación negativa perpetuada también es problemática, ya que desestimula el consumo y la producción.
Producción y actividad económica
Al primer semestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) creció en un 4% interanual. La proyección del BCCR es que cierre en 4,1%.
El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) creció también a un 4% a setiembre.
¿Bueno o malo?
Un poco de las dos. El crecimiento del PIB no es bajo, pero es menor al 5,1% del año pasado. Aún así, es mayor al promedio que espera el Fondo Monetario Internacional (FMI) para América Latina y el Caribe (2,5%).
Alberto Trejos, economista y exministro de Comercio Exterior, calificó el comportamiento del IMAE como “moderado”, pero con el defecto de que hay dos motores que se mueven a diferentes ritmos. El régimen especial, donde están las zonas francas, creció a octubre en un 12,5% y lleva todo el año en aceleración, mientras que el definitivo, donde está el restante 80% de la economía, creció a solo un 2,5%.
El Informe de Proyecciones Macroeconómicas 2025 de la Universidad Nacional resaltó que la dependencia de las zonas francas lleva a que la economía costarricense tenga una alta dependencia del contexto global y se desincentive el debate sobre las medidas necesarias para acelerar el crecimiento del régimen definitivo.
En cuanto al mercado laboral también hay matices: si bien la tasa de desempleo se ha reducido en los últimos dos años, lo ha hecho en un contexto donde el mercado laboral se ha achicado. Es decir, la baja en la tasa responde no necesariamente a un crecimiento en las oportunidades laborales, sino en un aumento en las personas que decidieron dejar de buscar trabajo.
Comercio exterior
Con datos acumulados a octubre, las exportaciones crecieron interanualmente en un 8,5%. Las divisas por turismo aumentaron un 23% respecto al mismo periodo del 2023, y el Instituto Costarricense de Turismo prevé superar los récords del año pasado tanto en ingresos como en llegadas de visitantes.
¿Bueno o malo?
El comercio exterior muestra resultados mayormente positivos, aunque con matices.
Un 8,5% de crecimiento en exportaciones es positivo, de hecho es mayor que el promedio de la década pasada (5,3% en 2010-2020), pero es casi la mitad del registro del mismo mes del año anterior (16,7%). No obstante, variaciones tan altas como las que se dieron en 2023 son difíciles de sostener en el tiempo. También, como sucedió con el IMAE, hay una diferencia importante entre regímenes: las exportaciones desde zonas francas crecen en un 10,3% y las del resto de la economía a un 5%. La diferencia es que aquí el régimen especial tiene un volumen más grande que el definitivo.
El abaratamiento del dólar también borra parte de los resultados, pues encarece los productos costarricenses en el exterior y reduce los ingresos de los exportadores y al sector turismo.
Cuando el tipo de cambio rozó los ¢500, en abril, la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) emitió un comunicado en el que dijo que era “insostenible” para el sector seguir con un dólar tan bajo. Recientemente, en noviembre, con la renovada tendencia de apreciación en el colón y su nuevo acercamiento a los ¢500, la Cámara de Turismo dijo que se podía poner “en riesgo la operación de los negocios en la temporada alta”.
Tasas de interés
En 2024, el BCCR redujo su Tasa de Política Monetaria (TPM) en 200 puntos, impulsando a la baja las tasas en colones. En paralelo, la Reserva Federal de Estados Unidos también recortó por primera vez sus tipos de interés desde la pandemia, influyendo en las tasas en dólares.
¿Bueno o malo?
Este recorte es positivo, ya que aleja los efectos de la escalada inflacionaria del 2022, abarata los créditos e incentiva la inversión. Sin embargo, su transmisión ha sido desigual en los colones: las tasas pasivas han bajado más que las activas, dejando aún altos costos para algunos créditos, especialmente en tarjetas de crédito y consumo. Es decir: las entidades ahora pagan menos por ahorros y todavía cobran tasas relativamente altas, aunque ya hay reducciones en algunos sectores.
El BCCR ha reconocido que la transmisión de la TPM hacia las tasas activas ha sido más lenta que en el pasado.
Finanzas públicas
A setiembre, el superávit primario disminuyó de 1,7% a 1,2% como porcentaje del PIB, mientras que el déficit financiero subió de 2,2% a 2,7%.
¿Bueno o malo?
Malo: significa un leve deterioro en la finanzas públicas. Además, rompe con la tendencia de mejoría que se llevaba en los últimos dos años.
Preocupa el hecho de que los ingresos tributarios por renta vienen a la baja, un síntoma de que la economía no es tan vigorosa. Hay que tomar en cuenta que la reducción en el tipo de cambio podría estar causando esa disminución en las utilidades, además de que las zonas francas, donde hay mayor dinamismo, no pagan renta.
Tipo de cambio
Desde que inició el año hasta el 4 de diciembre, el tipo de cambio ha caído en un 3,46%. En abril tocó un mínimo alrededor de los ₡501 y en estas últimas semanas del año se ha vuelto a acercar nuevamente a ese suelo.
¿Es bueno o malo?
Aquí es difícil ser categórico ya que genera ganadores y perdedores, a veces hasta al mismo tiempo. Por ejemplo, parte de la apreciación es provocada por el éxito del sector exportador (pues genera más abundancia de dólares), pero ese sector es también perjudicado por una divisa más barata.
El último Informe del Estado de la Nación señala que la apreciación del colón tiene efectos mixtos en la economía: favorece a los deudores con créditos en dólares, abarata las importaciones y ayuda a reducir los precios de materias primas y alimentos, pero afecta negativamente a las empresas exportadoras y al sector turismo al disminuir sus ingresos relativos, lo cual también impacta la recolección de impuestos vía menos renta.
Sin embargo, el mismo informe subraya que no se dispone de estimaciones claras sobre el impacto neto de estas variaciones en los diferentes grupos de la población ni en la economía como un todo.
De momento, a falta de que termine el año, se trata de una disminución bastante menor al 12% de abaratamiento que tuvo el tipo de cambio en 2023.