Dos sentencias judiciales recientes enterraría de manera definitiva la intención de la firma china Huawei de convertirse en proveedora de la red 5G del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Los fallos del Tribunal Contencioso Administrativo y el Tribunal de Apelaciones de lo Contencioso Administrativo resolvieron las disputas en torno al despliegue de esta tecnología, dando luz verde a la Administración para continuar con un proceso que deja a Huawei fuera de la licitación principal, a pesar de los esfuerzos de la compañía por participar.
El nudo del conflicto se centra en el Reglamento sobre medidas de ciberseguridad aplicables a los servicios de telecomunicaciones basados en la tecnología de quinta generación móvil (5G), emitido por el Poder Ejecutivo.
Los recursos legales, liderados por el Frente Interno de Trabajadores del ICE (FIT) y apoyados por la diputada Vanessa de Paul Castro, buscaban dejar sin efecto esta normativa, que excluye a proveedores cuyos países de origen no han ratificado el Convenio de Ciberseguridad de Budapest. Esta condición afecta particularmente a Huawei, pues China no ha firmado dicho tratado y ha manifestado que no lo hará.
El Tribunal Contencioso Administrativo rechazó una gestión del sindicato que pretendía revivir una medida cautelar que originalmente obstruyó y obligó al ICE a declarar desierto el primer concurso 5G. Según informó Grupo ICE en un comunicado (voto N.° 355-2025-l), esta decisión pone fin a una notable judicialización que provocó un retraso material en el cronograma.
La entidad estatal fue enfática en el efecto adverso de estas acciones. “El impacto de la acción se materializó en el atraso generado al proceso de implementación 5G”, afirmó el ICE, sentenciando que “toda acción que ataque la ruta trazada (...) afecta directamente el bienestar de nuestras empresas, la oportunidad de llevar servicios de calidad a los clientes y la posición en el mercado”.
El Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) informó que el tribunal desestimó la petición al determinar que los estudios presentados, incluyendo un informe elaborado a petición de Huawei Technologies de Costa Rica S.A., carecían de solidez y se fundamentaban en posibilidades, no en hechos concretos sobre un daño potencial.
De hecho, el fallo resalta el carácter protector de la normativa, “señalando que su objetivo es garantizar la intimidad, privacidad y protección de datos personales de los usuarios”, algo crucial en una tecnología que implica el manejo de “grandes cantidades de datos” e información “personal y sensible”.
Huawei insiste, pero las puertas se cierran
A pesar de que el reglamento de ciberseguridad la excluye, Huawei ha seguido participando activamente en el proceso. Recientemente, la Contraloría General de la República resolvió una “primera ronda de objeciones” contra el cartel de la nueva licitación del ICE, donde Huawei presentó dos de los ocho recursos.
Uno de sus recursos fue rechazado de plano. El segundo fue declarado “parcialmente con lugar”, pero solo en aspectos técnicos menores. La Contraloría desestimó los argumentos de fondo de Huawei, que cuestionaban la nueva licitación comparándola con la anterior, recordándole que el concurso actual es un procedimiento independiente y distinto.

Esta persistencia de Huawei choca con la realidad jurídica impuesta por el reglamento y ahora respaldada por los tribunales, manteniendo vigente un marco regulatorio que prioriza la seguridad nacional y la protección de datos en el despliegue tecnológico del país.
Con el panorama judicial despejado, el ICE confirma que sus planes continúan. “El ICE y RACSA continuarán firmes en la implementación de la tecnología 5G”, indica un comunicado. Ya existen avances como la red FWA de Radiográfica y la primera experiencia de servicio móvil iniciada el 22 de agosto pasado, mientras el concurso para la red masiva de la marca Kölbi sigue su curso, ahora con la obligación de realizar ajustes al cartel derivados de las objeciones y definir una nueva fecha para la recepción de ofertas.
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Este artículo fue publicado por un editor de El Financiero asistido por un sistema de inteligencia artificial.