
El desarrollo e implementación de apps continúa en auge, pero son las aplicaciones gratuitas las que encabezan la lista de preferencias del usuario.
Según datos del estudio RED 506, si una empresa planea lanzar al mercado apps para mejorar la experiencia del usuario –o le interesa comercializar su desarrollo–, deberá enfrentarse a una demanda desinteresada en pagar por ellas.
WhatsApp encabeza la lista de apps con mayor descarga por parte de los cibernautas, seguida de Facebook, Gmail, Google Maps y Skype; todas gratuitas.
Únicamente el 3,8% de usuarios con acceso a Internet de la Gran Área Metropolitana (GAM) está dispuesto a pagar por aplicaciones que tengan algún costo, como Netflix.
¿Cómo generar ganancia o recuperar la inversión cuando se trata de aplicaciones gratuitas?
El mercado ofrece la posibilidad de desarrollar versiones premium de la aplicación e incluir publicidad.
Tenga en cuenta que en el caso de las empresas, con el simple hecho de facilitar las ventas de productos o servicios ya se obtiene una ganancia, indicó Adolfo Cruz, presidente ejecutivo de la empresa Proximity.
¿Es necesaria una app?
No existen recetas mágicas, pero sí variables básicas que le ayudarán a decidir si su empresa requiere del desarrollo de una aplicación, entre ellas si resolverá la aplicación una necesidad puntual y de impacto para el usuario.
Valore si con esta aplicación el usuario obtendrá mayores funciones de lo que puede obtener en un canal tradicional.
Procure, además, que el cibernauta valide la utilidad de la aplicación por medio de una versión gratuita y reducida.
Analice, además, si la app va a facilitar la venta de contenido y de productos que el usuario normalmente compra, entre ellos juegos, música y revistas, recomendó Alexander Gómez, presidente ejecutivo de la compañía Aplicativa.
Es importante que valore la posibilidad de lanzar la aplicación en los dos sistemas operativos líderes del mercado: Android y el iOS.
Y como no solo de dinero vive el hombre, recuerde que, al descargar una app, el usuario pretende resolver necesidades específicas, extender la capacidad del teléfono, obtener facilidad para navegar y contar con una interfaz intuitiva y más entretenida.
La aplicación debe, además, mejorar la experiencia del usuario en el proceso de acceder a la información, realizar la compra, compartirla o repetirla.
“La app debe agregar valor al servicio ya existente y no solo mostrar lo que se tiene en la web o en otros medios de comunicación”, recomendó Cruz.
Cuando se trata de apps , déjese llevar por el dicho “menos es más”. Puede que la aplicación solo haga una cosa, pero asegúrese de que lo haga extraordinariamente bien.