La firma estadounidense Amazon anunció hace unas semanas la reducción inmediata de 15.000 empleados. Continuará con los despidos hasta alcanzar 30.000 en total. Sus objetivos: reducir costos, compensar la sobrecontratación durante la pandemia y aumentar la eficiencia operativa con la inteligencia artificial (IA). Sus planes de automatización van más allá.
El 22 de octubre pasado, la firma anunció sus dos más recientes tecnologías de robótica para sus operaciones, justo antes de la temporada de compras más intensa del año: Blue Jay y Proyecto Eluna. Ambos sistemas combinan robótica e IA.
“Nuestras últimas innovaciones son excelentes ejemplos de cómo utilizamos la IA y la robótica”, afirma Tye Brady, director de tecnología de Amazon Robotics, que insiste que estas tecnologías beneficiarán y harán más seguro el trabajo de los empleados en los almacenes.
Blue Jay es un sistema de última generación que coordina múltiples brazos robóticos para realizar varias tareas (recolección, almacenamiento y consolidación de mercadería) a la vez.
Fue creado en poco más de un año, en un tercio menos de tiempo que otros robots incorporados antes, y gestiona el 75% de los artículos del centro logístico de Carolina del Sur. La meta es que sea la tecnología clave para los centros de entrega del mismo día.
El Proyecto Eluna, por su parte, se probará en un centro de distribución de Tennessee durante esta temporada navideña. Su función es optimizar la clasificación de los productos mediante la planificación y formación de equipos.
Este mismo año, la firma incorporó otros dos robots: Vulcan, el primero con sentido del tacto diseñado para ayudar en tareas ergonómicamente exigentes, y DeepFleet, un modelo de IA que coordina grandes flotas de robots móviles en distintas instalaciones.
La compañía indicó que estaba contratando 225.000 empleados para este fin de año, pero no indicó si son puestos fijos o temporales. La incorporación de robots afectaría más la planilla de la firma en Estados Unidos.
Amazon tiene planes de crear almacenes operados con robots y automatizar tres cuartas partes de los procesos, los cuales requerirían poco personal humano: sustituiría a medio millón de empleos, según documentos a los que tuvo acceso The New York Times. Los ejecutivos de Amazon creen que la empresa está a punto de su próximo gran cambio.
Aunque Amazon respondió que los documentos vistos por el Times eran incompletos y no representaban la estrategia de la empresa, la firma viene avanzando con planes de robotización de almacenes desde hace más de una década. De hecho, contabiliza un millón de robots trabajando en todo el mundo.
Sus resultados son observados por firmas de comercio electrónico y entregas de paquetería en EE. UU. y todo el mundo. La perspectiva es que, una vez que sea rentable, la tecnología se extienda con la misma intensidad a otros actores de la industria.
“Gracias a los avances en inteligencia artificial, estas tecnologías se integran de forma fluida en las instalaciones y nos permiten mejorar la productividad en un 25%”, dijo Scott Dresser, vicepresidente de Amazon Robotics, en un artículo publicado por la firma en octubre de 2024.

En ese año, a nivel global y en diferentes industrias, existían 4,28 millones de robots operativos en manufactura. Su producción aumentó 12% por año desde 2018, concentrada en China (la mitad de los robots fabricados), Japón, Alemania, EE. UU. y Corea del Sur.
Pero hay otras economías participantes. La densidad de robots en fábricas (por cada 10.000 empleados) es encabezada por Singapur (918), Corea del Sur (868), Japón (364), Alemania (346) y EE. UU. (228).
Según Statista, entre 2016 y 2023, la industria pasó de generar $18.470 millones a $37.370 millones. La robótica guiada por visión (que utiliza cámaras 2D o 3D para capturar imágenes) acaparará unos $20.100 millones para el 2030, tres veces más que en 2021.
Pasos de Amazon
Desde 2018 la planilla de la empresa se triplicó en Estados Unidos hasta alcanzar casi 1,2 millones de personas. El mayor salto fue durante la pandemia, cuando el comercio electrónico aumentó significativamente.
La demanda no disminuye. Se espera que para el 2033 se dupliquen las ventas y que la firma tenga que acelerar las entregas. Atender eso no puede afectar los costos ni la rentabilidad. Los documentos a los que tuvo acceso el Times indican que con la robotización se espera evitar la contratación de más de 160.000 personas para 2027 y más de 600.000 en los siguientes seis años.
Los planes no son improvisados. Jeff Bezos, fundador de Amazon, pidió en años anteriores a sus equipos que pensaran en cómo automatizar las operaciones, según dos antiguos altos directivos que participaron en el proyecto y hablaron con el Times.
El primer impulso a la automatización robótica comenzó en 2012, con una inversión de $775 millones para adquirir a Kiva Systems, una startup con sede en Massachusetts, que diseñaba robots en forma de grandes discos de hockey para trasladar torres de productos. Luego, Amazon desarrolló un sistema de programas robóticos y se enfocó en transformar sus almacenes.
Para esto, formó un equipo con más de 3.000 empleados e ingenieros que trabajan en el desarrollo de operaciones robóticas y de automatización, junto a otras áreas de la compañía. La compañía también aceleró los planes de capacitación de parte de su personal en mecatrónica.
En 2024, la firma inauguró un almacén en Luisiana con 1.000 robots. Este sería el modelo para futuros centros automatizados. Ahí contrató un 25% menos de los trabajadores que habría empleado sin la automatización. Los planes son que, para finales de 2027, instalar otros 40 centros similares, los cuales tendrían la capacidad de procesar 10% más de paquetes.
Los actuales centros también se robotizarían. La perspectiva es aplanar la curva de contratación en los próximos 10 años.
Los ejecutivos de Amazon, incluyendo al actual CEO Andy Jassy, instaron al equipo de robotización a acelerar la implementación de los proyectos con la meta de generar ahorros de hasta $12.600 millones para 2027.


¿Qué hacen?
Hace dos años la firma dio un vistazo a los ocho tipos de robots que tenía empleados en ese momento en sus almacenes y que se encargaban de diferentes “desafíos”: movimiento, manipulación, clasificación, almacenamiento, identificación y empaquetado.
Kiva, rebautizado como Hércules en 2017, mueve carros pesados; Pegasus (2018) transporta los paquetes por toboganes específicos según su destino; Robin (2022) coloca los paquetes empaquetados sobre Pegasus; y Sparrow (2022), que cuenta con ventosas, examina e identifica los artículos con visión artificial, los selecciona y los traslada (en el futuro, consolidará el inventario entre contenedores).
También se utilizan: Cardinal (2022), que recoge los paquetes y los apila en carros; Proteus (2022), un robot con forma de tortuga, que los transporta de forma autónoma hasta los muelles de carga; Titan (2023) transporta los contenedores dentro los centros logísticos; y Sequoia (2023) mueve los contenedores de plástico.
De forma complementaria, hay máquinas que empaquetan los artículos en cajas y sobres, según el pedido del cliente; equipos de aire comprimido que separan los lados del sobre de papel y facilitan la introducción del artículo; y una etiquetadora que pega stickers de direcciones en 3.000 paquetes por hora.
Todos transforman la operación: antes se almacenaban los productos en torres de compartimentos con un frente de tela y los trabajadores metían la mano en el compartimento para buscar el producto pedido por el cliente; con la robótica ahora los empleados, por ejemplo en el almacén de Luisiana, solo manipulan los productos para sacarlos o desembalarlos de las cajas, colocarlos en contenedores y dejar que el resto lo hagan los robots.
Todavía hay desafíos: evitar daños en los productos, asegurar que el paquete coincida con el pedido del cliente, reducir los costos de entrega y aumentar la capacidad de almacenamiento. Para resolverlos, en 2024, Amazon invirtió $400 millones en una empresa emergente que desarrolla sistemas de IA, los cuales funcionarían como el “cerebro” de un robot.
Al mismo tiempo, prepara una nueva generación de brazos robóticos. El primero de ellos es Blue Jay. Otro en camino es Starling, que sirve para manipular artículos y paquetes en una gama más amplia de tareas.
También se contemplan robots “con piernas” para la entrega de paquetes hasta la puerta de los clientes, reportó Wired en junio anterior. La firma estaba probando “autómatas bípedos” fabricados por Agility Robotics, a través de su laboratorio AGI, ubicado en San Francisco y dedicado a crear una IA general capaz de superar las capacidades humanas. Las pruebas incluían el uso de vehículos eléctricos suministrados por Rivian.
Los robots con piernas descritos por Wired suben escaleras y colocan paquetes con precisión, evitando obstáculos y colisiones. A la vez, son capaces de adaptarse a situaciones ambientales imprevistas e interactuar con los humanos. Incluso, pueden ponerse en cuclillas durante el trayecto en el vehículo eléctrico y volver a la posición erguida para recoger paquetes y llevarlos a su destino. Se encargarían del 75% de las entregas.
