Un grupo de cultivadores de banano se reunieron con los holandeses Hein Van Opstal y Gert Kema para contarles sobre la escasez de madera en los trópicos y la dificultad de conseguir tarimas de buena calidad.
Esa reunión fue el punto de partida para crear Yellow Pallet, una empresa que se estableció en Costa Rica con el objetivo de producir tarimas para exportación a partir de componentes elaborados con fibra de tallos de plátano.
La compañía nació en el 2012, pero no fue sino hasta el 2018 cuando su primera fábrica inició operaciones en Siquirres, Limón, después de una inversión inicial de $3 millones y la contratación de 15 personas.
Aún no colocan el producto en el mercado (podría suceder a finales de mayo) y lo harán, inicialmente, con una oferta híbrida que incluirá nueve bloques hechos con su “receta” y el resto en madera.
“Se sustituye el 30 % de la madera de un pallet. Esto se traduce en ahorro de costos y en una menor huella de carbono, ya que hay que cortar y transportar menos árboles a largas distancias”, explicó Van Opstal a EF.
Cuando empiecen la comercialización, deberán competir con otras empresas que ofrecen tarimas para exportación en Costa Rica, como Tarima S. A., Green Pallet, Forestales Latinoamericanos y Picamarti.
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Según datos de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica, las exportaciones de tarimas de madera del 2019 representaron 23 866 toneladas (un 8 % menos que en el 2017, pero un 7 % más que en el 2016).
Costa Rica es un país en donde las exportaciones representan un porcentaje importante de la economía. La venta de bienes al exterior representa un 56 % de la facturación total que registra el país.
Además, el valor de los envíos de bienes al exterior significó un 34 % como proporción del producto interno bruto (PIB). Esto demuestra el peso que tienen las exportaciones, las cuales necesitan de embalaje y tarimas para llegar a su destino.
Yellow Pallet pretende tomar una porción de ese mercado con sus productos de fibra de plátano, al ofrecer un precio menor y un producto más amigable con el ambiente que los hechos 100 % de madera.
La compañía estima que la fábrica, en Costa Rica, venderá 1,7 millones de tarimas al año.
A pesar de esos planes positivos, la empresa es consciente de que se mantendrá la lucha con un viejo conocido de las firmas emergentes: el financiamiento.
“Financiarnos ha sido un gran desafío y lo sigue siendo. El capital inicial no es fácil de encontrar y el capital de crecimiento espera ventas y entregas a los clientes”, destacó el representante de Yellow Pallet.
Sus instalaciones actuales en Limón comprenden una plantación de 8,8 hectáreas, una planta de 720 m² y un vivero de 900 m².
Desde ahora tienen previsto aumentar la inversión en Costa Rica con $7 millones para la expansión de la fábrica, un almacén, una oficina y un sistema vial.
Tras consolidar su negocio en suelo costarricense, los empresarios holandeses aspiran a abrir fábricas en otros países donde se cultive banano y que tengan necesidades de tarimas de exportación, entre ellos Ecuador, Colombia, Filipinas, Guatemala, China, India y Brasil.
Creación del producto
Yellow Pallet actualmente solo se dedica a elaborar pequeños bloques hechos a base de una mezcla de 95 % fibra de la planta de plátano y 5% de resina.
El proceso de elaboración de los bloques consiste en tomar los tallos del plátano (especie Musa balbisiana), hacerlos en trozos y deshidratarlos.
La fibra deshidratada se seca en un invernadero y se transporta a la fábrica, donde se muele y se corta del tamaño correcto. Posteriormente, la fibra molida se seca al nivel de humedad requerido y se combina en una especie de licuadora con un poco de resina patentada.
Seguidamente, la mezcla se transporta a un extrusor, un equipo con un gran agitador y una picadora unida que se extiende a lo largo de varios metros. De este proceso resultan los bloques de un peso aproximado de 640 gramos cada uno.
Los bloques se verifican automáticamente por peso y tamaño para garantizar la calidad, así como para proporcionar retroalimentación al sistema de control de fabricación para dosificar la cantidad adecuada de fibra y resina.
“Apostamos por un producto sostenible porque no hay otra opción para ninguna otra compañía en el mundo. Las empresas deben centrarse en la sostenibilidad. De lo contrario, tarde o temprano su negocio desaparecerá”, resaltó Van Opstal.
En madera
Tarima S. A. fabrica tarimas de madera de pino importado y nacional (principalmente melina) de bosques certificados.
Arturo Pérez, gerente de la empresa, explicó que las ventas en los últimos dos años han venido a la baja de la mano de la desaceleración de la economía del país.
“Ante las dificultades económicas, las empresas exportadoras no solo tienden a disminuir el consumo de embalajes, sino que buscan la manera de abaratarlos a toda costa, por lo cual, aun manteniendo la base de clientes, la facturación tiende a la baja”, agregó el empresario.
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Sobre la competencia, Tarima S. A. percibe que es reñida y fuertemente golpeada por la informalidad. Ante esto, procuran destacar con aspectos como el servicio al cliente.
La empresa inició operaciones en 1979, se ubica en Pavas y tiene 20 colaboradores.
EF consultó a otros fabricantes (Green Pallet, Forestales Latinoamericanos y Picamarti), pero no respondieron antes del cierre de esta edición.