Ocho estudiantes costarricenses representaron al país en la final mundial de STEM Racing, una competencia internacional en la que alumnos diseñan, fabrican y ponen a competir autos de carreras F1 con el fin de aplicar en ellos los principios STEM.
El concurso busca incentivar el interés por la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas en menores de entre 9 y 19 años y en esta edición la representación surgió del Sistema de Colegios Científicos de Costa Rica.
Tras destacar individualmente en la final nacional, David Cascante, Mariana Murillo, Esteban Morales, Felipe Sáenz, Carolina Bustillos, Geicob Blanco, Fabricio Zamora y Verónica Quesada formaron Kura Force, el equipo nacional que representó a Costa Rica en Singapur.

Durante la competencia en la ciudad de Sentosa, los muchachos obtuvieron los reconocimientos Best Newcomer y AMARON Sustainability, además de una nominación para el premio Best Digital Engineering Integration por su trabajo con el vehículo.
El Financiero conversó con ellos para conocer su experiencia no solo en la final del concurso, sino durante su proceso de preparación.
En solo 100 días
Para los estudiantes, la competencia fue una oportunidad para acercarse al mundo real de la ingeniería y ampliar su desarrollo académico.
Sin embargo, destacaron el poco tiempo que tuvieron para prepararse:
“El proyecto estaba a contratiempo, porque en solo 100 días teníamos que volver a generar la identidad del equipo, los proyectos técnicos, los portafolios y demás solicitudes del concurso”, explicó David Cascante, Team Manager de Kura Force.
“Llegar y ver que íbamos a competir contra gente que llevaba uno o hasta dos años preparándose y que nosotros, con solo tres meses de trabajo, logramos una participación destacada en el área de ingeniería, es un orgullo. Eso fue gracias a nuestro esfuerzo y al apoyo que recibimos de nuestra gente”, agregó Esteban Morales, ingeniero de diseño del equipo.
El apoyo provino del Sistema de Colegios Científicos, que junto a las familias y patrocinadores, se unió para recolectar fondos con los cuales financiar el proyecto, el viaje y las reuniones previas, que también requirieron apoyo logístico:
“Una de nuestras mayores limitaciones fue la distancia entre cada colegio: Alajuela, San Vito, Puriscal y Los Santos. Aunque como reto nos encantó, sí representó un desafío, porque muchas tareas debían entregarse en físico e incluían el trabajo conjunto de varias personas, especialmente en el carro”, detalló Cascante.
Para avanzar con la manufactura del vehículo y visitar a las empresas patrocinadoras, el equipo estableció un calendario de coordinación que les permitió trabajar en conjunto y resolver obstáculos en cada etapa del proceso.

Premiación en sostenibilidad
A pesar de las limitaciones de tiempo y de lo que los jóvenes describieron como “desventajas tecnológicas del país respecto a las potencias”, Kura Force ganó el premio AMARON Sustainability.
Con su lema “Leading the Change”, demostraron cómo el desarrollo tecnológico puede ir de la mano con la inclusión, la ecología y la visibilidad social:
“Sabíamos que íbamos a competir contra países del primer mundo y que la parte técnica sería complicada. Entonces decidimos hacer lo mejor posible con la tecnología disponible en Costa Rica y enfocarnos en algo donde nuestro país destaca: la sostenibilidad. Buscamos ideas para desarrollar ambos aspectos de la mano”, comentó Morales.
Entre esas ideas destacó el uso de propóleo —una sustancia producida por las abejas— como pintura para el carro. Aunque el material resultó demasiado pesado y afectó la velocidad, la documentación y exposición del experimento fue un factor decisivo para obtener el galardón.
Además, el equipo incorporó la sostenibilidad como eje de inclusión social mediante la iniciativa “STEM Racing For All”, creada por Kura Force para acercar la competencia a personas con poca visión o totalmente no videntes.
“Queríamos implementar un proyecto lo más sostenible posible en todas las áreas. Además de STEM Racing For All, el uso de resina de propóleo y materiales biodegradables, enfocamos la sostenibilidad también en nuestra merchandise”, explicó Cascante. Por eso utilizaron telas desechadas para confeccionar las bolsas en las que entregaron obsequios a los jueces y visitantes de su stand.

Otra de las iniciativas que aportó a su éxito fue la exhibición de máscaras borucas elaboradas por mujeres en situación de riesgo social. Según el equipo, su inclusión les dio un valor agregado no solo en marketing e imagen sino también con los jueces:
“Hicimos énfasis no solo en la sostenibilidad ambiental, sino también en la social, en todos los aspectos del proyecto, incluso en la parte económica y administrativa de nuestros documentos de presentación”, añadió Cascante.
Múltiples premios y aprendizajes
Los integrantes de Kura Force también ganaron el reconocimiento al “Mejor equipo recién llegado” y recibieron una nominación al premio Best Digital Engineering Integration, destacándose junto a otros 14 equipos entre los 83 participantes.
“Estuvimos nominados junto al equipo ganador de la competencia, que es de Australia. A nivel de argumentación y documentación del uso de los software, alcanzamos un nivel muy alto, comparable con los equipos que lograron el podio”, indicó Cascante.
Los jóvenes resaltaron que la experiencia les permitió acercarse al ejercicio real de la ingeniería, al trabajo en equipo y al desarrollo de habilidades:
“STEM Racing tiene la ventaja de que la experiencia va más allá del aprendizaje académico. En la parte de ingeniería uno puede aprender en distintos lugares, pero STEM lo une todo. Estudiantes de secundaria aprendimos contenidos que se ven en la universidad. Además, manejamos marketing, presupuestos y diseño”, explicó Verónica Quesada, Team Guest de Kura Force. “Más allá del proyecto, se aprenden muchísimas habilidades blandas. Uno tiene que hablar con la gente, exponerse y salir de su zona de confort. Se aprende a resolver cosas de último minuto y a trabajar en equipo”.
Quesada también destacó la oportunidad de convivencia con otros equipos y con profesionales de Fórmula 1 que participaron en el evento:
“Son personas admirables, con trabajos muy únicos, y muchos de ellos son jóvenes. Uno de los ingenieros principales tenía 24 años y ya trabajaba en Fórmula 1. Aproveché para conversar con los mecánicos, que es a lo que me quiero dedicar. Aprendí cosas que me servirán para la vida real, la universidad y el mundo laboral”.
Finalmente, el equipo resaltó el honor de representar a Costa Rica y demostrar, en palabras de David Cascante, “que el país tiene la capacidad de impulsar la tecnología mediante la sostenibilidad”.
“Nos dieron poco tiempo y somos un país que, a nivel tecnológico, no está tan avanzado como Estados Unidos, Alemania u otras potencias”, destacó Morales.
Kura Force es el primer equipo costarricense de STEM Racing en participar en la final mundial del torneo. Esta competencia continuará celebrándose anualmente a nivel nacional en colegios técnicos, académicos y científicos, lo que abre la posibilidad de que otros equipos y centros educativos del país continúen el legado que ellos iniciaron.