A cuatro años de legalizar la criptomoneda bitcoin, el gobierno salvadoreño afirma que la decisión ha generado cientos de millones en utilidades, aunque el uso popular sigue siendo bajo.
La inversión más arriesgada del gobierno salvadoreño en décadas acaba de alcanzar su punto más alto.
La nación centroamericana se convirtió en setiembre de 2021 en el primer país del mundo en comprar y poner a circular legalmente el bitcoin a la par con el dólar. El país no tiene moneda nacional.
El Salvador acumula 6.240 bitcoins, equivalentes a $740,7 millones, según la estatal Oficina Nacional del Bitcoin.
Bukele reposteó en la red X el informe de la oficina sobre los niveles récord alcanzados por el bitcoin esta semana, en torno a los $120.000.
Según esa entidad, El Salvador ha ganado $443 millones gracias al aumento de la cotización desde 2021.
Desde entonces, el país defiende la medida como una apuesta estratégica a largo plazo, aunque organismos internacionales como el Banco Mundial mostraron preocupación por los riesgos fiscales.
Desde enero, el uso del bitcoin en el país es opcional, por presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) durante las negociaciones para un programa crediticio.
A pesar del empeño de Bukele, solo “8 de cada 100 salvadoreños reportaron haber utilizado el bitcoin” en 2024, según el Instituto de Opinión Pública de la jesuita Universidad Centroamericana.
El limitado uso contrasta con la inversión pública y la retórica oficial. Sin embargo, algunas experiencias individuales muestran beneficios concretos para ciertos sectores.
Uno de ellos es que las personas pueden recibir dinero del exterior sin comisiones altas.
El trabajador Gerardo Morán, de 20 años, dijo a la AFP que cada mes ahorra en bitcoin una parte de su salario. El bitcoin “me ha ayudado a tener (...) mi carro a los 20 años”, indicó con satisfacción.
En diferentes puntos de El Salvador existen escuelas que instruyen sobre las ventajas de la criptomoneda.
“Lo más difícil para un estudiante es el miedo, el miedo a expandirse a nuevos conocimientos” para comprender las bondades de su uso, señaló a la AFP Daniel Viana, instructor de la Fundación Mi Primer bitcoin.
Sin embargo, el 30 de enero de este año, se aprobó una reforma que eliminó la obligatoriedad de aceptar pagos con Bitcoin para el sector privado.
En Antiguo Cuscatlán, ciudad vecina a la capital, funciona ‘Chivo Pets’, un hospital de mascotas público creado en 2022, donde se exige pagar con bitcoin la consulta con el veterinario, que vale menos de un dólar.
El bitcoin “lo uso para compras y para cuestiones de ahorros casi no, porque no me da mucho la situación (económica), pero sí lo hago para transacciones que tengo que pagar porque es más confiable”, explicó Rogelio Mendoza, un comerciante de 52 años que llevó al hospital a su perro chihuahua.