La inflación de Estados Unidos subió a 2,7% en doce meses en junio, en línea con lo esperado por los analistas, mientras los dirigentes tratan de calibrar el efecto que tienen sobre la economía los aranceles de Donald Trump.
Este incremento, aunque dentro del rango objetivo para la Reserva Federal, podría influir en la decisión de mantener o retrasar recortes en las tasas de interés. Esto fortalece al dólar y genera presión sobre el tipo de cambio en países como Costa Rica, al encarecer las importaciones y potencialmente alimentar la inflación nacional.
Los miembros de la Reserva Federal (Fed, banco central) esperan que en los próximos meses se pueda conocer la repercusión real de la guerra comercial de Trump para tomar cualquier decisión sobre eventuales cambios de tasas de interés.
Uno de los índices para medir la inflación del gobierno estadounidense, el IPC, se situó en junio en el 2,7% interanual, mientras que en mayo había sido del 2,4%, debido en gran parte al aumento del precio de la energía, explicó el Departamento de Trabajo.
Otros sectores en los que se registraron aumentos de precios fueron el del mobiliario doméstico y el de las prendas de vestir. Los expertos miran la subida de precios en estos dos segmentos para comprobar si los aranceles de Trump fueron los responsables.
El alza en estos sectores podría reflejar en parte el impacto de nuevos aranceles. Lo que sugiere que economías como la costarricense podrían también enfrentar ajustes en precios de bienes importados similares desde EE.UU., aunque el impacto directo aún no se refleja en índices de precios costarricenses
A pesar de que Trump impuso un arancel del 10% a casi todos sus socios comerciales en abril y, por separado, gravó con impuestos aduaneros notablemente más elevados las importaciones de acero, aluminio y automóviles, el gobierno estadounidense defiende que estas tasas no harán subir los precios de los productos.
“La inflación es muy baja”, reaccionó Trump en su red Truth, a la vez que instó nuevamente a la Reserva Federal a bajar las tasas de interés.

Los economistas advierten de que el aumento de aranceles va a disparar la inflación y lastrar el crecimiento económico. Pero el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, definió esta teoría como “síndrome de enajenación arancelaria.”
Muy pronto para medir impacto
El alza del IPC también se registró en el índice mensual, de 0,3% en junio frente a 0,1% en mayo, especialmente debido a los precios de la energía, algo que era esperado por los analistas.
Excluyendo los precios volátiles de los alimentos y de la energía, el índice de precios aumentó 0,2% en un mes y 2,9% en un año.
Aunque la subida del IPC no es “significativa” y esta no se debe solo a la guerra comercial de Trump, Oren Klachkin, economista de Nationwide, advirtió de que aún es demasiado pronto para ver el impacto que pueden llegar a tener.
Las empresas han intentado frenar la subida de los precios al consumo mediante una serie de medidas, desde reducir sus propios márgenes de ganancias hasta intentar compartir costos con sus proveedores.
Pero está por ver cuánto tiempo podrán hacerlo. El impacto podría ser mayor durante el verano, añadió Klachkin.