Los productores agrícolas costarricenses ven peligrar el rendimiento de sus cultivos, debido a que Rusia, uno de los mayores proveedores mundiales de fertilizantes, recomienda a los productores en su territorio que suspendan la exportación como consecuencia de las sanciones impuestas en su contra tras la invasión a Ucrania.
Esto implica un golpe a la actividad productiva en dos vías: escasez del insumo, esencial para el desarrollo de todos los cultivos, y un eventual aumento en el costo de los alimentos.
Al cerrarse el mercado ruso, Costa Rica tendrá que buscar otras alternativas para “sustituir” el producto, algunas más costosas, o bien buscar otros países que suplan esta necesidad.
Actualmente, el país es dependiente de las superpotencias exportadoras del mundo de los fertilizantes —potasa y nitrógeno—. Rusia, China, Canadá, Noruega y Bielorrusia figuran como los cinco mayores proveedores de peso para Costa Rica, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
De Rusia se importó alrededor del 30% de los fertilizantes utilizados en suelo costarricense (150.000 toneladas métricas, por año aproximadamente). Entre enero y octubre del 2021 estas compras alcanzaron un valor de $49,1 millones.
Seguido de $30,4 millones provenientes de China, y $20 millones desde Canadá. No obstante, desde hace tres años Rusia se coloca a la delantera.
Rusia actualmente produce 52.000 millones de toneladas al año de fertilizantes, principalmente nitrógeno, potasio y fósforo, los cuales son los fertilizantes minerales que las plantas más necesitan. Esto significa entre el 13% y 14% del total del mundo.
— Rubén Calderón, ingeniero agrónomo, investigador y docente de la escuela de Agronegocios del TEC.
“El productor va a tener poco acceso a los fertilizantes y el rendimiento de los cultivos está directamente relacionado con la nutrición. Los rendimientos se van a ver disminuidos por la escasez y los precios de las cosechas van a aumentar”, explicó Rubén Calderón, ingeniero agrónomo, investigador y docente de la escuela de Agronegocios del TEC.
Desde el banano, el café, la piña, la yuca, el melón, la caña de azúcar, hasta las hortalizas como la cebolla, el chile duce, la papa, el tomate, todos tendrán la misma afectación, ya que todos dependen de los fertilizantes para su adecuado crecimiento y maduración.
Sin embargo, Calderón indicó que, de una manera temporal, el agricultor que se localiza en zonas de mayor fertilidad (en los suelos), podrá sostener un rendimiento que “va a sufrir menos”, por ejemplo los productores de las vertientes Pacífica y Atlántica.
La otra cara de la moneda son aquellos cultivos extensivos en manos de empresas con relaciones internacionales, como la actividad bananera. Estos al tener “mayor capital y contactos”, tendrán mayor disponibilidad de fertilizantes. Mientras que el pequeño productor, depende directamente de las importaciones de empresas costarricenses.
“Es muy complicado sustituir al 100% la fertilización mineral y lograr los mismos rendimientos de producción. Al disminuir la cantidad o calidad del fertilizante aplicado al cultivo, automáticamente se cae la productividad”, precisó Francisco Muñoz, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA).
Muñoz enfatizó que, se puede trabajar con abonos orgánicos producidos en las mismas fincas o “mejorando la biología del suelo”, pero definitivamente es difícil lograr la misma productividad, por lo que serían medidas alternativas temporales, pero no sustitutivas.
Costa Rica no tiene minas para extraer minerales. No hay forma de evitar el incremento en los precios de los alimentos.
— Francisco Muñoz, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA).
Una bola de nieve
El costo de los insumos alimenticios precede una crisis logística y económica, derivada de la pandemia, que aún se mantiene.
La crisis global de los contenedores y el alto precio de los fletes marítimos, debido a la demanda que se experimentó después del levantamiento de las restricciones por la COVID-19, aunado al incremento en el tipo de cambio y otras afectaciones como el precio de los combustibles, ya impactan el precio de los alimentos. Ahora, con la guerra se agravará.
Tanto Rusia como Ucrania y países vecinos manejan un porcentaje muy alto de los mercados mundiales de productos como el trigo, el maíz y el aceite de girasol.
“El conflicto provocará una interrupción de la producción y los sistemas logísticos de abastecimiento del mercado mundial de esas materias primas, lo cual, aunado al incremento del petróleo, empieza a propinar un fuerte golpe en los precios de los alimentos”, indicó Mario Montero, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia).
Por otra parte, especialistas del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA), dijeron a EF que, el Ministerio de Agricultura y Ganadería ha llevado sesiones de trabajo con la Cámara de Insumos Agropecuarios y empresas proveedoras de fertilizantes.
Como resultado de las reuniones, se proyecta que las cantidades actuales de fertilizantes apenas durarán unos meses. La carencia conlleva a que la producción agropecuaria sea afectada, ya que son “esenciales” para mejorar el establecimiento, crecimiento y la maduración de los productos agrícolas.
Arturo Solórzano, director ejecutivo; Edwin Quirós, jefe de Estaciones Experimentales; y Carlomagno Salazar, jefe del Departamento de Estudios Básicos de Tierras del INTA, explicaron que por ejemplo, la Cámara de Piñeros Unidos manifestó que hay un “alto” riesgo de que las calidades de la piña, ya no sean las requeridas para el mercado de exportación.
Por su parte, algunos productores de yuca indicaron que, al menos la segunda fertilización no se realizará, por lo cual la yuca tampoco “engrosaría” para los mercados de exportación.
Y la reducción de áreas de siembra o la preparación del cultivo de café, para las floraciones, está en riesgo por la escasez y los altos precios de los insumos.
“Si a los productores no les pagan más por sus cultivos, definitivamente muchos van a tener que abandonar la actividad y va a haber una gran crisis en el sector agrícola del país”, expresó Muñoz de la CNAA.
Alternativas temporales
Varios productores pequeños, medianos y grandes ya emplean técnicas alternativas como el uso del compostaje y los abonos orgánicos, producido de remanentes de la industria tales como la broza del café o la caña de azúcar, así como fuentes de nitrógeno de los excrementos de la producción animal.
Según el INTA, estas tecnologías han crecido “mucho” en la última década y asimismo la producción de fertilizantes líquidos artesanales o “bioles”, con el fin de reemplazar el alto porcentaje de fertilizantes granulados formulados.
También, otra solución es fortalecer la utilidad de productos orgánicos, que no dependen de los fertilizantes sintéticos.
Además, el uso de abonos verdes permitiría mejorar las condiciones de los suelos, por lo que se reduce la fertilización de los cultivos.
Acciones para evitar el incremento de los precios |
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- Apuntar hacia una economía cíclica de fertilizantes orgánicos (proceso de compostaje). Por ejemplo, CoopeTarrazú ya lo pone en práctica con sus plantaciones de café. |
- Aplicar la cantidad necesaria que requiere la planta. |
- Utilizar sistemas productivos que sean eficientes y ocasionen menos pérdidas de fertilizante. |
- Concientización del consumidor. |
- Disminuir la pérdida y el desperdicio de los alimentos. |
Fuente: Rubén Calderón, ingeniero agrónomo, investigador y docente de la escuela de Agronegocios del TEC. |