Personalmente no apoyo el incremento de ningún impuesto sin que exista una reducción real y significativa del gasto público. Pero estamos contra la pared, y vemos que todos los grupos políticos y sociales, están recomendando el incremento de impuestos como una medida ante la crisis. En una materia como la fiscal, en donde lo ideológico puede ceder a lo técnico, existe un mundo de diferencia entre opinar y recomendar. Y –con el debido respeto– hay mucha opinión, pero muy poca recomendación técnica. Por ello, hay que ser cautos a la hora de analizar las diferentes propuestas que están circulando en los últimos días.
No tiene sentido aumentar los impuestos a los mismos de siempre. En un país con una economía tan informal como la nuestra, ¿qué sentido tiene incrementar el impuesto a los que ya están pagando? No tiene sentido que el maestro regañe a los estudiantes que asisten a clase por las faltas de aquellos que no lo hicieron. Si se pretende incrementar los impuestos de quienes ya pagan, no harán más que fomentar la evasión y la informalidad. ¿Por qué los asalariados y los empresarios que ya pagan puntualmente sus impuestos, tienen que asumir la carga fiscal de todo el país?
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Progresividad es ampliar la base de tributación a quienes hoy día no están pagando impuestos, tal y como lo indicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su informe sobre la Economía de Costa Rica. La pregunta es ¿quiénes, teniendo capacidad económica, no están pagando impuestos? La OCDE dice que las cooperativas, independientemente de su tamaño, debe tributar al igual que lo hace cualquier empresa por pequeña que sea. Asimismo, las tarifas diferenciadas en el IVA y las exenciones deben limitarse al máximo.
El mayor impulso de reactivación económica es la generación de riqueza, no la eliminación de esta. Y la riqueza se genera creando empleo. Según el INEC, solo cerca del 7% de profesionales independientes tienen formalizada su situación. ¿Pero qué hace la CCSS? En lugar de promover la ampliación de su base, asfixia arbitrariamente a quienes se encuentran formales. No deben gravarse a los mismos de siempre: hay que ampliar la base, que la tributación sea justa y que todos, sin excepción, aportemos en mayor o menor medida. Que no hayan “polizones que viajen gratis” en el país. Por ello, tanto Hacienda como la CCSS deben promover la formalidad, lo que facilitará el cumplimiento y la disminución de la evasión. Y ello no ocurrirá si solamente se sigue maltratando a los mismos de siempre.
Hay que gravar a quienes hoy no pagan fomentando la formalidad.