Costa Rica fue el país de América Latina con la mayor caída en su tasa de ocupación entre el 2015 y el 2016, según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En ese periodo, disminuyó con más fuerza la cantidad de trabajadores que en los otros países de la región, sin que eso provocara fuertes variaciones en la tasa de desempleo o en el crecimiento económico.
Una caída en la cantidad de personas que trabajan no quiere decir, necesariamente, que el desempleo aumente. En el país, mientras había menos trabajadores, también había otras personas que dejaron de estar desempleadas, porque optaron por dejar de buscar trabajo. Además, no todas las personas que dejaron de trabajar buscaron un nuevo empleo.
Así, entre el 2015 y el 2016 el país bajó su tasa de ocupación (porcentaje de personas incorporadas al mercado laboral dentro de las que tienen edad de trabajar) en un 3%, mientras que en el resto de la región el indicador se mantuvo estable.
Solo Brasil (afectado por una fuerte recesión económica) y Venezuela mostraron descensos en esa tasa, algo menores al que experimentó Costa Rica.
A pesar de eso, el perfil del empleo costarricense no desmejoró como sí lo hizo en otras naciones, donde el desempleo golpeó con fuerza y el trabajo se precarizó.
¿Quiénes dejaron el trabajo?
Aunque aún no hay muchas explicaciones sobre qué hizo que estas personas dejaran de trabajar, la caída en el número de ocupados durante el año pasado ocurrió especialmente entre personas que trabajaban pocas horas por semana. Empleadas o no, usualmente laboraban en áreas como el comercio y solían ser mujeres.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), entre el 2015 y el 2016 la cantidad de trabajadores independientes que laboran menos de 15 horas se desplomó en un 26,3% y pasó de casi 70.000 personas a poco más de 50.000. Lo mismo ocurrió entre los asalariados, pues la población de casi 103.000 trabajadores cayó a unas 78.000.
“Los más vulnerables van a ser siempre los ocupados por pocas horas”, dice María Luz Sanarrusia, coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo.
Aunque es un grupo pequeño (casi un 16% de la fuerza de trabajo) los ocupados por cuenta propia también sufrieron la caída interanual más importante de la región: de casi un 9%. Eso sí, en América Latina ese grupo tiende a ser mucho más grande y algunos países solo consideran las zonas urbanas en las encuestas.
Aunado a ese fenómeno, también cayó la cantidad de personas que salieron en la búsqueda de empleo, algunos de ellos cansados de buscarlo tras muchos intentos, añade Sanarrusia.
Jürgen Weller, jefe de la Unidad de Estudios del Empleo de la Cepal, destaca que la caída en la tasa de ocupación del país es casi inusual y debe verse con cautela, pues no se relaciona con sismos económicos o sociales en el país.
Pese al indicador negativo, la proporción de empleadores creció en un 15% interanualmente, lo que podría ser una buena noticia. La salida de personas del mercado laboral también pudo tener un impacto positivo, pues se presentó una caída en la tasa de empleo informal (-4,3%).
Además, la tasa de ocupación comenzó a recuperarse a finales del 2016. A marzo del 2017 ya muestra niveles más similares a los del 2015.
Desempleo subiría en la región
Mientras tanto, el desempleo (estancado en Costa Rica) se incrementa con fuerza en la región. Entre el 2015 y el 2016 la medición urbana de América Latina y el Caribe pasó del 7,3% al 8,9%: el incremento de mayor magnitud en las últimas dos décadas.
Además, el empleo tendió a precarizarse. En la mayoría de los doce países hubo un crecimiento en la cantidad de trabajadores por cuenta propia y un descenso en asalariados.
En Costa Rica, por el contrario, el descenso en la cantidad de asalariados fue de un 2%, frente a una caída de trabajadores por cuenta propia de un 9%.
Para el 2017, la Cepal también prevé que la tasa de desempleo urbana siga aumentando en la región. Aunque Costa Rica ha mostrado un estancamiento en ese indicador, los investigadores prevén que la tasa de desempleo urbano llegue en el 2017 a un 9,2% (en el 2016 cerró en un 8,9%).
El INEC utiliza algunos términos para explicar la evolución del empleo:
Fuerza de trabajo (población económicamente activa): Es la población residente en el país de 15 años o más que trabaja o está dispuesta a hacerlo. Incluye la población ocupada y desocupada.
Población ocupada: Personas que trabajan por lo menos una hora por semana. Incluye también a las personas que, aunque no tienen trabajo, no lo realizaron por alguna eventualidad (incapacidad, huelga, etc.).
Población desempleada: Personas sin empleo. Solo se incluyen a las personas que buscaron trabajo activamente en las últimas cuatro semanas (con experiencia laboral o sin esta).
Población fuera de la fuerza de trabajo disponible: Personas disponibles para trabajar pero que no buscan trabajo (se cansaron de buscar empleo, etc.) o tienen impedimentos personales (enfermedad, accidentes, etc.), entre otros.
Tasa de participación: Porcentaje de personas que participan en la fuerza de trabajo en relación con las que tienen edad para trabajar.
Tasa de ocupación: Porcentaje de la población ocupada respecto de la que tiene edad de trabajar.
Tasa de desempleo: Porcentaje de la población desempleada respecto de la fuerza de trabajo.
Fuente INEC (2017).