El deporte es una actividad que aporta numerosos beneficios para la salud física y mental. Sin embargo, cuando no se acompaña de una nutrición adecuada, puede poner en riesgo el bienestar general de las personas. Una de las preocupaciones más relevantes en este contexto es el bajo consumo energético, que ocurre cuando la alimentación no es suficiente para cubrir las demandas del cuerpo. Este escenario suele ser más frecuente en deportistas femeninas, sobre todo si están en la etapa de la adolescencia y/o compiten en deportes estéticos o por categoría de peso.
El bajo consumo energético sostenido en el tiempo genera el Síndrome de Deficiencia Energética Relativa en el Deporte (RED-S por sus siglas en inglés, Relative Energy Deficiency in Sport) debido a que la ingesta de calorías no alcanza para cubrir las funciones básicas del organismo y realizar la actividad física. Esta situación tiene implicaciones serias en el rendimiento deportivo y en múltiples sistemas corporales, como el reproductivo, el óseo, el inmunológico, entre otros.
LEA MÁS: ¿Cómo mejorar tu estado de ánimo por medio de la alimentación?
Implicaciones en la salud del RED-S
- Trastornos menstruales y fertilidad
Una de las principales consecuencias del bajo consumo energético en las mujeres es la alteración a nivel hormonal que puede conducir a trastornos menstruales como la amenorrea (ausencia de al menos 3 periodos menstruales consecutivos). Esta irregularidad en la menstruación es una señal de que el cuerpo no está recibiendo suficiente energía para mantener sus funciones reproductivas. A largo plazo, esta alteración puede comprometer la fertilidad de la mujer, lo que puede tener implicaciones graves si no se detecta y se trata a tiempo.
- Densidad ósea reducida
Los estrógenos no solo son cruciales para el ciclo menstrual, sino también para la salud ósea. Bajos niveles de esta hormona y de otros nutrientes esenciales, como el calcio, la vitamina D, el zinc y el magnesio, pueden conducir a una disminución de la densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas. Esta condición es especialmente peligrosa en mujeres menores de 20 años, quienes aún no han alcanzado su pico máximo de masa ósea.
- Pérdida de masa muscular y rendimiento
El déficit calórico prolongado también puede afectar el rendimiento físico de la deportista. Si el cuerpo no recibe suficiente energía, comenzará a utilizar sus reservas de grasa y, posteriormente, migrará al músculo para obtener la energía necesaria. La pérdida de masa muscular reduce la capacidad de generar fuerza y resistencia, lo que impacta negativamente en el desempeño deportivo. Además, las deportistas con bajo consumo energético pueden sentirse fatigadas, tener dificultades para concentrarse y presentar un mayor riesgo de lesiones.
- Afectaciones en el sistema inmunológico
Una nutrición inadecuada y el estrés físico del entrenamiento pueden debilitar el sistema inmunológico. Las mujeres con bajo consumo energético son más susceptibles a infecciones y enfermedades, ya que el cuerpo no tiene los recursos necesarios para mantener una respuesta inmunitaria efectiva. Esto puede provocar que las deportistas se enfermen con más frecuencia o tengan una recuperación más lenta.
Signos de alerta
Detectar el bajo consumo energético a tiempo es crucial para evitar sus efectos negativos a largo plazo. Algunos de los signos de alerta que las mujeres deportistas deben tener en cuenta incluyen:
• Fatiga crónica o debilidad excesiva.
• Cambios en el ciclo menstrual o pérdida de la menstruación.
• Pérdida de peso significativa o cambios en la composición corporal.
• Fracturas o lesiones frecuentes.
• Problemas gastrointestinales, como estreñimiento o hinchazón.
• Disminución del rendimiento deportivo.
¿Cómo prevenir el RED-S?
Prevenir el bajo consumo energético en mujeres deportistas implica una buena planificación nutricional y monitoreo del entrenamiento. Algunas recomendaciones clave son:
- Ajustar la ingesta calórica a las necesidades individuales: Cada deportista tiene requerimientos energéticos diferentes según el tipo de deporte que practica, la frecuencia, la intensidad y la duración. Contar con un plan nutricional personalizado puede asegurar que las calorías ingeridas sean suficientes para cubrir estas necesidades.
- Priorizar nutrientes esenciales: Las mujeres deportistas deben asegurarse de consumir una alimentación balanceada que incluya suficientes proteínas, carbohidratos, grasas saludables y micronutrientes como el calcio, el zinc, el magnesio, el hierro y la vitamina D, que son determinantes para la salud y el rendimiento deportivo.
- Fortalecer la autoimagen de la atleta: Aunque la composición corporal a menudo se considera importante para optimizar el rendimiento atlético, se debe prevenir la aparición de comentarios negativos sobre el cuerpo y la presión por alcanzar un peso específico, ya que en ambas circunstancias se puede reforzar la insatisfacción corporal y la conducta alimentaria restrictiva.
- Escuchar las señales corporales: Las mujeres que practican deportes, especialmente a nivel competitivo, deben estar atentas a las señales que su cuerpo les envía para identificar a tiempo un bajo consumo energético. Contar con el apoyo de profesionales para mantener un equilibrio saludable entre la energía que consumen y la que gastan, optimizará su rendimiento deportivo y garantizará su bienestar en el futuro.
Si usted es una mujer deportista y quiere saber si está consumiendo suficiente energía para el deporte que practica, en el Centro de Nutrición Larisa Páez tenemos un equipo de profesionales que le pueden ayudar a diseñar un plan de alimentación que beneficie su salud y rendimiento deportivo. No dude en contactarnos, visitar nuestra página web www.centrodenutricion.co.cr y nuestras redes sociales.