Chatear con una inteligencia artificial puede parecer una experiencia mágica y revolucionaria, ya que la tecnología que hay detrás de ChatGPT y de plataformas como Gemini, DeepSeek o Grok responden con rapidez, entienden contextos complejos e incluso escriben textos enteros.
Pero mucha gente olvida que la inteligencia artificial (IA) no tiene conciencia, sentimientos ni opiniones propias. Asimismo, que la información que se le brinda a la plataforma, cuando se le hace una consulta, entrena al modelo. O para decirlo en palabras de quienes ven conspiraciones por todo lado —y no tienen dudas— esa información privada va a dar a las bases de datos de las firmas dueñas de esos chats.
Además, los modelos de lenguaje de los sistemas de IA generativa se alimentan de Internet, donde hay de todo. Por eso, hay ciertas preguntas que pueden dar respuestas inexactas, inapropiadas o incluso peligrosas o que no se le deben hacer a las plataformas.
La firma ESET, especializada en ciberseguridad, señala que las preguntas más comúnmente utilizadas con las IA son sobre temas personales relevantes: salud mental, perder peso y cómo empezar un negocio exitoso.
“Al hablar de seguridad y privacidad, hay información que se debe evitar incluir al realizar consultas”, dice Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
Si un ciberdelincuente consigue acceder a una cuenta de la plataforma, además, tendrá acceso a toda la información que se comparta con la herramienta, incluidos los datos sensibles que se hayan introducido en las conversaciones.

Estas son, según ESET, algunas de las principales preguntas que no deberías hacer a ChatGPT y el por qué:
Preguntas relacionadas con información confidencial o sensible
En el mundo de la ciberseguridad, la regla es clara: nunca compartir datos personales, bancarios, contraseñas o cualquier tipo de información sensible en conversaciones con una inteligencia artificial.
A pesar de parecer una interacción privada, las herramientas de IA destacan que no son entornos cifrados o seguros para compartir datos sensibles.
Esto significa que al compartir información sensible con la IA, se están poniendo esos datos en riesgo. Los ciberdelincuentes ya están comerciando en foros de la dark web cuentas de servicios como ChatGPT robadas, lo que sería una clara señal del interés que despierta el robo de estas cuentas.
Preguntas relacionadas con datos confidenciales o de propiedad de la empresa
Los empleados que utilicen IA deben ser extremadamente cuidadosos cuando traten con datos corporativos confidenciales.
No se deben compartir informes financieros, estrategias empresariales, información sobre clientes o proyectos confidenciales con estas plataformas.
Esto se debe a que la IA puede no distinguir automáticamente entre datos públicos y privados, lo que supone un riesgo significativo para la seguridad e integridad de la información corporativa.
Además, cuando se hagan preguntas relacionadas con los datos o la información de una empresa, es importante recordar que las plataformas de IA no son entornos autorizados para tratar estos temas.
Para garantizar la protección de los datos corporativos y cumplir con las políticas internas de seguridad, es preferible acudir siempre a plataformas y herramientas autorizadas por cada organización para el tratamiento de información corporativa sensible.

Preguntas que buscan un asesoramiento médico, legal o financiero definitivo
Además de las cuestiones de seguridad y privacidad relacionadas con el uso de ChatGPT o de otras plafatormas de IA, también es importante destacar aspectos relacionados con la veracidad de la información y el uso responsable de la información proporcionada.
Aunque las IA pueden ayudar a aclarar conceptos y proporcionar información general de fuentes fiables, no sustituyen a los profesionales cualificados.
Buscar un diagnóstico médico, asesoramiento jurídico o decidir sobre inversiones basándose únicamente en las respuestas de la IA es como buscar síntomas en Google: podría acabar en concluir que un simple dolor de cabeza es algo mucho más grave.
Es posible que la IA no tenga acceso a todo el contexto de la situación y no pueda hacer una evaluación personalizada y responsable, que es exactamente lo que requieren estos ámbitos.
Así que evitar confiar ciegamente en las respuestas automatizadas cuando se trate de la salud, dinero o asuntos jurídicos delicados.
Estos ámbitos requieren un análisis minucioso, que tenga en cuenta detalles que solo pueden evaluar profesionales experimentados.
Para garantizar las decisiones más seguras y acordes con su realidad, busque siempre el consejo de un médico, abogado o asesor financiero, que sabrá interpretar su caso de forma personalizada y responsable.
Preguntas que requieren opiniones, preferencias o sentimientos humanos
Aunque la IA utiliza un lenguaje natural y amigable, no tiene conciencia, emociones u opiniones reales.
Las respuestas que proporciona se basan en algoritmos lingüísticos y patrones de datos, sin ninguna experiencia emocional ni juicio personal.
Esto significa que cuando se le pregunta ¿Qué harías? o ¿Te gusto?, la respuesta que se recibirá será una simulación de una interacción humana, pero sin la verdadera intención o sentimiento que hay detrás.
Es importante recordar que cuando se interactúa con una IA, se está tratando con una herramienta que es programada para generar respuestas basadas en datos.
La IA puede parecer empática, pero no tiene la capacidad de sentir ni de formar opiniones propias.
Así que si lo que se busca es un consejo genuino o una respuesta emocional, es mejor que hablar con una persona real que pueda ofrecer empatía y criterio.
Preguntas sobre decisiones personales importantes
La IA puede ser muy útil para organizar ideas y proporcionar información objetiva, pero no debe ser la única base para tomar decisiones fundamentales sobre la vida personal, la carrera o el propio bienestar.
Tomar decisiones cruciales, como un cambio de carrera profesional, cuestiones de salud mental o elecciones familiares, requiere un análisis más profundo, que tenga en cuenta no solo los datos y la lógica, sino también los aspectos emocionales y subjetivos.
Es posible que la IA no comprenda el contexto completo de las emociones y circunstancias.
Por eso, a la hora de enfrentarse a decisiones que afectan significativamente la vida, como cambios de carrera o cuestiones personales complejas, es esencial buscar la orientación de expertos y personas de confianza.
La interpretación de la IA puede ser útil como punto de partida, pero la decisión final debe tomarse de manera personal, con el apoyo de un mentor o mentora, terapeuta o consejeros que puedan tener en cuenta los matices de la situación.