La mañana del martes 18 de noviembre de 2025 quedará marcada como uno de los días más críticos para la infraestructura digital global.
Millones de usuarios alrededor del mundo experimentaron interrupciones masivas en el acceso a plataformas esenciales como X (antes Twitter), ChatGPT, Spotify, Canva, League of Legends y múltiples sitios web de medios de comunicación, comercio electrónico y servicios financieros. La causa: un fallo en Cloudflare, una empresa que muchos desconocen pero de la que depende aproximadamente el 20% de Internet.
¿Qué es Cloudflare?
Cloudflare es una compañía estadounidense fundada para proporcionar servicios de infraestructura web que hacen que los sitios sean más rápidos, seguros y confiables. Opera como una red de entrega de contenido (CDN, por sus siglas en inglés) combinada con servicios de seguridad cibernética que protegen a millones de propiedades digitales en todo el mundo.
La empresa funciona como un intermediario inteligente entre los usuarios finales y los servidores donde se alojan los sitios web. Cuando alguien intenta acceder a un sitio que utiliza Cloudflare, la solicitud pasa primero por la red de la compañía, donde se verifica que el tráfico sea legítimo y se entrega una versión optimizada del contenido. Esta arquitectura distribuida abarca más de 330 centros de datos ubicados estratégicamente en ciudades de todo el planeta.

¿Cómo funciona Cloudflare?
Según se explica en su sitio web oficial, el sistema de Cloudflare opera mediante tres funciones principales que explican por qué tantas empresas confían en sus servicios:
Red de Entrega de Contenido (CDN): Cloudflare almacena copias del contenido estático de los sitios web (imágenes, archivos CSS, JavaScript) en sus servidores distribuidos globalmente. Cuando un usuario solicita acceder a un sitio, el contenido se sirve desde el servidor de Cloudflare más cercano geográficamente, en lugar de viajar hasta el servidor de origen. Esto reduce significativamente los tiempos de carga y mejora la experiencia del usuario.
Protección y Seguridad: Todo el tráfico pasa a través de la red de Cloudflare, que filtra solicitudes maliciosas y protege contra ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS). La empresa cuenta con una capacidad de red de 449 Tbps, que es 23 veces mayor que el ataque DDoS más grande jamás registrado. Su sistema también actúa como un Firewall de Aplicaciones Web (WAF) que bloquea amenazas antes de que lleguen al servidor original.
Optimización del Rendimiento: La plataforma ofrece servicios para comprimir y optimizar código, proporcionar certificados SSL/TLS gratuitos para conexiones HTTPS seguras, y balancear la carga de tráfico entre múltiples servidores. Esto no solo acelera la entrega de contenido, sino que también reduce los costos de ancho de banda para las empresas al disminuir las solicitudes directas al servidor de origen.

El alcance de Cloudflare en el ecosistema digital
Los números revelan la magnitud de la dependencia que Internet tiene de esta infraestructura. Según datos de W3Techs, Cloudflare es utilizado por el 79,9% de todos los sitios web que confían en redes de entrega de contenidos o proxies inversos. La compañía procesa en promedio más de 81 millones de solicitudes HTTP por segundo y es utilizada por cerca del 30% de los 100.000 sitios web más importantes del mundo.
Entre los sitios web más populares que utilizan Cloudflare se encuentran plataformas como LinkedIn, Discord, Fiverr, Udemy, Canva y Medium. En el sector empresarial, aproximadamente el 28,6% de los 100.000 sitios web más importantes del mundo dependen de sus servicios. Actualmente, más de 39 millones de dominios activos utilizan la plataforma globalmente, y el 80% de las principales empresas de inteligencia artificial confían en su infraestructura.
¿Qué sucedió el 18 de noviembre de 2025?
La interrupción comenzó aproximadamente a las 6:20 a.m. hora del Este (11:20 UTC), cuando Cloudflare detectó lo que inicialmente describió como un “pico de tráfico inusual” en uno de sus servicios. El problema se extendió durante aproximadamente tres horas, hasta las 9:30 a.m. hora del Este (14:30 UTC), cuando la compañía anunció que había implementado una solución.
Dane Knecht, director de tecnología de Cloudflare, fue directo en su comunicado: “No voy a endulzar las palabras: hoy fallamos a nuestros clientes y al Internet en general”. Knecht aclaró que el incidente no fue resultado de un ataque cibernético ni de actividad maliciosa.
La causa raíz del problema fue identificada como un “error latente” o “bug latente” en el código del sistema, un tipo de fallo que permanece inactivo en el software hasta que circunstancias específicas lo activan. Según la explicación oficial de Cloudflare, el problema surgió cuando un archivo de configuración que se genera automáticamente para gestionar el tráfico de amenazas creció más allá del tamaño esperado de entradas, lo que provocó un colapso en el sistema de software que maneja el tráfico para varios servicios de la compañía.
Este error latente fue desencadenado por un cambio de configuración de rutina relacionado con la capacidad de mitigación de bots de la empresa. Cuando se implementó esta actualización rutinaria, el bug previamente indetectado causó que los servicios empezaran a fallar, y el problema se propagó rápidamente a través de la infraestructura global de Cloudflare en un efecto dominó.
El impacto global y en Costa Rica
El alcance de la caída fue verdaderamente global, afectando a usuarios en Europa, América, Asia y todos los continentes. Servicios tan diversos como redes sociales (X), herramientas de inteligencia artificial (ChatGPT, Claude, Perplexity), plataformas de diseño (Canva), servicios de streaming (Spotify), videojuegos (League of Legends), aplicaciones de citas (Grindr), medios de comunicación (Forbes, CNN, BBC), bancos y sitios de comercio electrónico experimentaron interrupciones simultáneas.
En Costa Rica, el impacto se sintió desde las 6:00 a.m., cuando usuarios comenzaron a reportar problemas para acceder a múltiples plataformas. Múltiples sitios digitales estuvieron fuera de servicio debido a esta interrupción global. No hay estadísticas específicas de cuántos dominios .cr utilizan Cloudflare.
Paradójicamente, incluso herramientas diseñadas para monitorear caídas de servicios, como DownDetector, se vieron afectadas por el fallo, lo que dificultó que los usuarios pudieran verificar si los problemas que experimentaban eran generalizados.
La respuesta de Cloudflare
El equipo de ingeniería de Cloudflare detectó el problema rápidamente y trabajó para revertir la actualización que había desencadenado el error, desactivando manualmente los sistemas afectados. A las 9:40 a.m. hora del Este, la compañía publicó en su página de estado: “Se ha implementado una solución y creemos que el incidente ahora está resuelto. Continuamos monitoreando errores para asegurar que todos los servicios vuelvan a la normalidad”.
Sin embargo, incluso después de implementar la solución inicial, algunos clientes continuaron experimentando problemas para acceder al panel de control de Cloudflare y tasas de error superiores a lo normal. La empresa advirtió que algunos servicios podrían experimentar degradación temporal a medida que el tráfico se normalizaba después del incidente.
Cloudflare comprometió a publicar un análisis detallado del incidente en su blog oficial, prometiendo aprender de lo sucedido e implementar mejoras para evitar que vuelva a ocurrir. “Dada la importancia de los servicios de Cloudflare, cualquier interrupción es inaceptable”, reconoció la compañía en su declaración oficial.
Lecciones sobre la fragilidad de Internet
Este incidente pone de manifiesto la concentración de infraestructura crítica de Internet en pocas empresas. Cuando un solo proveedor maneja el 20% de la web, un fallo técnico puede paralizar instantáneamente servicios esenciales para millones de usuarios y empresas en todo el mundo. La interrupción demostró cómo un simple error en la programación o una configuración mal aplicada pueden tener consecuencias globales inmediatas debido a la dependencia masiva de servicios como Cloudflare para la distribución y seguridad del contenido web.
No es la primera vez que Cloudflare experimenta problemas de esta magnitud. En junio de 2022, una interrupción similar impactó el tráfico en 19 de sus centros de datos. Este nuevo incidente llega apenas un mes después de otra caída importante de infraestructura digital: los problemas con Amazon Web Services (AWS) que también dejaron sin servicio a decenas de aplicaciones y sitios web de manera global.
El futuro de Cloudflare y la infraestructura digital
A pesar de este revés, Cloudflare mantiene una posición dominante en el mercado y continúa expandiéndose. La compañía cerró el tercer trimestre de 2025 con ingresos de 562 millones de dólares, un crecimiento interanual del 30,7%. Su CEO, Matthew Prince, ha trazado una visión ambiciosa para convertir a Cloudflare en la infraestructura central del Internet impulsado por agentes de inteligencia artificial.
La empresa cuenta actualmente con 4.000 millones de dólares en efectivo y mantiene su objetivo de alcanzar 5.000 millones de dólares de ingresos anuales en 2028.
Para los usuarios finales, incidentes como el del 18 de noviembre son recordatorios de que cuando los sistemas de infraestructura centralizada fallan, hay poco que se puede hacer más allá de esperar. Reiniciar routers, cambiar configuraciones de DNS o probar VPNs no resolverá un problema que está en la columna vertebral de Internet. La solución depende exclusivamente de que los ingenieros de la empresa proveedora identifiquen y corrijan el fallo en su infraestructura global.
Este evento subraya la necesidad de que las empresas evalúen su dependencia de proveedores únicos de infraestructura crítica y consideren estrategias de redundancia y diversificación para minimizar el impacto de futuras interrupciones. Mientras tanto, Cloudflare continuará siendo un actor indispensable en el funcionamiento del Internet moderno, procesando miles de millones de solicitudes diarias y protegiendo una porción significativa del ecosistema digital global.
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Este artículo fue publicado por un editor de El Financiero asistido por un sistema de inteligencia artificial.
