Opinión

Editorial: el Banco Nacional no es botín de los políticos de turno

Editorial |El Banco Nacional, por su tamaño e impacto sistémico, no puede gestionarse como una dependencia del Poder Ejecutivo.

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La reciente destitución en pleno de la junta directiva del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), ejecutada por el vicepresidente Stephan Brunner, constituye un grave retroceso en materia de gobernanza pública. Esta acción erosiona décadas de esfuerzo por blindar a las instituciones financieras estatales de la interferencia política, y revive prácticas que Costa Rica creía superadas.








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