Opinión


La coadministración es el más peligroso de los riesgos: desnaturaliza la función de supervisión, compromete la estabilidad institucional y genera responsabilidad fiscal para el Estado


No necesitamos, ni nos conviene, un autoritario que intente saltarse los procedimientos cuando le resultan incómodos o que use su poder para perseguir a sus críticos. La historia es clara: esos atajos siempre conducen al precipicio.