Una encuesta comandada por la compañía Essity y la organización Nosotras Women Connecting (creadora de la iniciativa Cambiemos La Regla) reveló que muchas mujeres ven a la menstruación como un factor que influye en su rendimiento laboral.
Así lo indicó el 48% de las consultadas por “Salud menstrual y gestión de la menstruación en espacios de trabajo”, un estudio que entrevistó a más de 600 personas menstruantes en Costa Rica y entre las que se incluyó a estudiantes, a trabajadoras, a personas con discapacidad, a integrantes de comunidades indígenas, a habitantes de zonas urbanas y rurales, así como a población LGBTIQ+,
El objetivo del estudio, dijo la directora de Comunicación Corporativa de Essity México y Centroamérica, Alejandra Pulido, es recopilar información sobre este tema para tomar acciones sobre él, sin tabúes:
“Queremos romper barreras por el bienestar de las mujeres. Con esta base, lo que nosotros hicimos fue recopilar información para ponerla a disposición de los actores públicos, para que así sigamos ampliando la conversación”, indicó en una entrevista con El Financiero.
“Hay muchísimo por hacer todavía”
Los resultados señalan que, además de la afectación en el rendimiento laboral que reportan las mujeres, hay otro factor que les limita la productividad laboral: la falta de productos menstruales en su lugar de trabajo.
El 44% de las encuestadas reportó que no tener acceso a estos implementos les perjudica laboralmente y solo un 31% dijo contar con políticas en sus centros de empleo para atenderles durante el período.
La encuesta también reveló que un 27% de las consultadas se ausenta del trabajo o de su centro de estudios debido a situaciones que les son incómodas y que están relacionadas con la menstruación. Entre ellas se encuentran el dolor (46%), el aumento de los cólicos (30%), el miedo a mancharse la ropa (51%) y la sensación de debilidad moral (23%).

Por su parte, y en el ámbito educativo, el 39% de las mujeres dijo haber faltado a clases por no tener acceso a productos de higiene menstrual y el 35% afirmó haber tenido afectación académica debido a síntomas de la regla.
“Sí tú tienes la necesidad de ir al baño, vas, encuentras papel, encuentras jabón y encuentras agua, pero ¿qué pasa si te viene la menstruación? Tú vas al baño y no encuentras productos de gestión menstrual”, dijo Pulido. “Necesitamos que los espacios de trabajo impulsen estas políticas y por eso es necesario educar para construir entornos libres de estigmas, donde cualquier persona pueda levantar la mano y hablar libre y naturalmente sobre esto".
Soluciones
En Costa Rica ya se han presentado varios proyectos legislativos relacionados con la gestión menstrual.
Uno de ellos es la ahora ley 22.421, “Ley de Menstruación y Justicia”, que redujo el IVA a los productos menstruales y exigió el acceso a estos en espacios públicos como escuelas y cárceles.
Por otro lado, en 2023 se presentó un proyecto adicional, el 23.706, que busca instaurar una licencia menstrual para mujeres trabajadoras y que propone dar un día de descanso para estudiantes con dolores menstruales.
Este proyecto está en trámite en la Asamblea Legislativa y, al ser consultadas sobre él en la encuesta, el 85% de las mujeres reportó apoyar la existencia de una licencia menstrual remunerada, mientras que el 84% consideró que una medida de este tipo mejoraría su salud y productividad, al tiempo que el 89% dijo que es importante que se aprueben leyes o políticas públicas relacionadas con el tema.
En el entorno educativo, el 86% consideró que extender este beneficio a estudiantes contribuiría a reducir el ausentismo y mejorar el rendimiento académico; y el 92% consideró al acceso gratuito a productos de gestión menstrual en centros educativos, de salud y de trabajo como un derecho colectivo.
“Los datos nos muestran que sí hemos avanzado a nivel país pero que hay muchísimo por hacer todavía: que el 56% de las personas encuestadas dijera que consideran a la menstruación como una desventaja exclusiva de las mujeres, o que el 47% deseara no tenerla cuando la menstruación es un proceso natural del cuerpo, nos plantea preguntas”, dijo Pulido. “Ahora que tenemos esta data y podemos comunicarla, el siguiente paso es hacer incidencia para mover las políticas que están un poco detenidas y ver de qué forma podemos ir y compartir esta información a otros centros laborales para que impulsen más apoyos”.