Venezuela revocó los permisos para operar en el país a seis aerolíneas a las que acusó de “terrorismo” después de que suspendieron sus rutas por una alerta emitida por Estados Unidos sobre actividad militar en la región.
La medida, anunciada la noche del miércoles, aplica para la española Iberia, la portuguesa TAP, la colombiana Avianca, la filial colombiana de la chilena-brasileña Latam, la brasileña GOL y la turca Turkish, anunció el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela (Inac) en un comunicado.
En el aeropuerto de Maiquetía, el principal de Venezuela, oficinas de las aerolíneas que suspendieron vuelos estaban cerradas. Sin personal y con luces apagadas dispusieron en sus entradas avisos con indicaciones sobre los vuelos cancelados, constató un equipo de la AFP.
“Hay incertidumbre”, comentó a la AFP Glenis Trujillo, ingeniera de 60 años que viajaba de Venezuela a Chile en un vuelo de la aerolínea panameña Copa Airlines y prevé volver en tres meses.
El gobierno venezolano señala a las aerolíneas de “sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovido por el gobierno de los Estados Unidos, suspendiendo unilateralmente sus operaciones aerocomerciales”.
Washington instó la semana pasada a las aeronaves que circulan por el espacio aéreo venezolano a “extremar la precaución” debido al “empeoramiento de la situación de seguridad y al aumento de la actividad militar en Venezuela y sus alrededores”.
La advertencia ocurrió en medio del despliegue militar estadounidense en el Caribe iniciado en agosto.
Las seis compañías afectadas anunciaron entonces la suspensión temporal de sus actividades. El ministerio de Transporte venezolano les dio plazo hasta el mediodía del miércoles para reanudar los vuelos, pero todas mantuvieron la suspensión, por lo que el gobierno les revocó los permisos.
El turismo “se encuentra afectado directamente porque muchísimos pasajeros están varados en los distintos países”, comentó Sulmary Bravo, operadora turística de 55 años.
Una fuente de Iberia dijo a la AFP que el deseo de la compañía “es retomar los vuelos a Venezuela lo antes posible, en cuanto se den condiciones plenas de seguridad”.
El ministro de Asuntos Exteriores portugués, Paulo Rangel, declaró que la medida es “desproporcionada” y que apelan a canales diplomáticos con Caracas.
“No tenemos ninguna intención de cancelar nuestras rutas hacia Venezuela y que, obviamente, solo lo hicimos por razones de seguridad”, aseguró Rangel a periodistas este jueves.
“Guerras psicológicas”
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo el jueves que suman “17 semanas de guerras psicológicas”.
“Desde hace 17 semanas, fuerzas extranjeras imperialistas amenazan continuamente con alterar la paz del mar Caribe, de Sudamérica y de Venezuela bajo falsos y extravagantes argumentos”, indicó en un mensaje grabado dirigido a militares.
El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, criticó la alerta de Washington al indicar que aviones con migrantes deportados siguen llegando cada semana a Venezuela desde ese país. Por ejemplo, este miércoles un avión de bandera estadounidense arribó con 175 deportados.
La suspensión de vuelos ha afectado hasta ahora a más de 8.000 pasajeros de al menos 40 vuelos diferentes, según datos de la Asociación Nacional de Agencias de Viaje y Turismo (Avavit).
“El gobierno de los Estados Unidos presiona a otros países porque creen que pueden aislar a Venezuela, presionan a otros países para que las aerolíneas no vengan a nuestro país”, afirmó el jueves la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, durante una videoconferencia con delegados rusos.
Actividad en el Caribe
El presidente Donald Trump mantiene una postura ambivalente sobre Venezuela, con llamados a diálogo a la vez que asegura estar dispuesto a encontrar una solución al conflicto “de la manera difícil”.
Entre tanto, Estados Unidos refuerza sus alianzas con países caribeños.
República Dominicana autorizó utilizar por tiempo limitado su principal aeropuerto y una base aérea para las operaciones antinarcóticos de Estados Unidos, tras la visita el miércoles a la isla del jefe del Pentágono, Pete Hegseth.
En tanto, el jefe del Estado Mayor, Dan Caine, se reunió con la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, para discutir la seguridad de la región.
Tanto Dominicana como Trinidad han reafirmado su respaldo a Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, dijo el jueves “que hay gobiernos genuflexos que se prestan para el juego imperialista, para militarizar el Caribe”.
Más de una veintena de embarcaciones presuntamente cargadas con droga han sido bombardeadas en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de más de 80 muertos.
Expertos cuestionan la legitimidad de los ataques, pues Washington no ha presentado pruebas de que las embarcaciones se utilizaran para el narcotráfico. Caracas denuncia que se trata de “ejecuciones extrajudiciales”.
