El principal punto de fricción es la definición de “tiempo efectivo de trabajo” en un entorno remoto. ¿Puede una métrica de software determinar si un colaborador está cumpliendo sus funciones? ¿O ignora tareas que no requieren interacción directa con el ordenador, como llamadas telefónicas, lectura de documentos o planificación?
Un caso a gran escala en Brasil llevó este debate del plano teórico a la realidad operativa.
El banco Itaú, la mayor entidad financiera privada de Brasil, despidió el lunes a más de un millar de trabajadores en São Paulo.
La decisión se fundamentó en un informe interno de productividad elaborado durante los últimos seis meses, según reportó el medio Infobae.
Dicho informe detectó largos periodos de inactividad en las computadoras corporativas de los empleados durante sus jornadas de teletrabajo.
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En algunos casos, se constataron desconexiones de hasta cuatro horas sin actividad registrada, un criterio que Itaú consideró suficiente para finalizar los contratos, de acuerdo con ese mismo medio.
En un comunicado enviado a la agencia EFE, Itaú no especificó la cantidad exacta de trabajadores desvinculados, pero argumentó que la decisión responde a “una revisión criteriosa de las conductas relacionadas al trabajo remoto”.
La entidad financiera añadió que, en ciertos casos, “fueron identificados patrones incompatibles” con los “criterios de confianza” del banco, según la información de EFE.
El objetivo de la medida, según declaró el banco, es garantizar la eficiencia del modelo híbrido que la compañía implementa.
Sindicato denuncia vigilancia y criterio “simplista”
La respuesta de las organizaciones de trabajadores fue inmediata. El Sindicato de Trabajadores Bancarios de São Paulo denunció que Itaú Unibanco desvinculó a los empleados “sin previo aviso ni diálogo con el sindicato”, de acuerdo con un comunicado recogido por EFE.
El director del sindicato y empleado de Itaú, Maikon Azzi, calificó los despidos como una medida “arbitraria y deshumana”, ya que durante los meses de monitoreo no hubo advertencias ni intentos de diálogo con los trabajadores para entender los motivos de la inactividad, reportó EFE.

La Federación de los Bancarios de São Paulo criticó duramente lo que consideran un “criterio simplista que no refleja la complejidad del trabajo a distancia”, según declaraciones publicadas por Infobae.
“El hecho de que un ordenador no registre actividad durante un periodo prolongado no significa necesariamente que el empleado no esté trabajando”, señaló un portavoz del sindicato a dicho medio.
Argumentan que el trabajador puede estar en una reunión telefónica, revisando documentos impresos o coordinando tareas con su equipo.
Los representantes de los trabajadores añadieron que la decisión no tiene en cuenta posibles fallos técnicos, problemas de salud o la necesidad de pausas.
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El sindicato acusa a la entidad de utilizar el teletrabajo como un pretexto para intensificar la vigilancia digital y aplicar “prácticas de espionaje encubierto”, consignó Infobae.
Como medida final, el sindicato pide que los puestos ahora vacantes sean repuestos, ya que los trabajadores que permanecen en la compañía están “sobrecargados”, informó EFE.
La medida de despidos se produce en un momento de solidez financiera para la compañía. Según datos reportados por EFE, Itaú obtuvo en el primer semestre de 2025 un beneficio neto de $4.112 millones, un valor 14,1% superior al del mismo periodo del año pasado.