Los fabricantes de ropa en Bangladés cerraron el sábado unas 150 plantas “por tiempo indefinido”, en un contexto de protestas en el sector textil para pedir mejoras salariales, que llevaron a la policía a demandar a 11.000 trabajadores por violencia, anunciaron a las autoridades.
Este país pobre del sudeste asiático está inmerso en violentas manifestaciones de obreros textiles que reclaman mejores salarios desde el mes pasado. La violencia causó al menos tres muertos entre los obreros y más de 70 fábricas resultaron saqueadas o dañadas, según la policía.
El comité del salario mínimo del sector textil propuso esta semana un aumento del 56,25% del salario mensual básico de los cuatro millones de obreros del sector, elevándolo a 12.500 takas ($113), una cantidad considerada “ridícula” e inmediatamente rechazada por los sindicatos.
Unos 15.000 obreros se enfrentaron el jueves a la policía en una autopista y saquearon Tusuka, una importante fábrica, así como una docena de otras instalaciones.
"La policía presentó una denuncia contra 11.000 personas no identificadas tras el ataque a la fábrica de ropa de Tusuka", dijo a la AFP el inspector de policía Mosharaf Hosain.
La policía de Bangladés suele lanzar acusaciones contra miles de personas --sin especificar sus nombres-- a raíz de grandes manifestaciones y violencia política, una táctica que, según los críticos, sirve para reprimir a los opositores.
La policía informó a la AFP que 150 fábricas habían cerrado sus puertas en las principales ciudades industriales de Ashulia y Gazipur, ambas situadas al norte de la capital, Daca.
Los industriales temen nuevas huelgas el sábado, principio de la semana laboral en Bangladés.
Las protestas por los salarios constituyen un gran desafío para la primera ministra Sheikh Hasina, que gobierna al país con mano de hierro desde 2009.
Una oposición cada vez más importante cuestiona su poder, y máxime con unas elecciones previstas para finales de enero.
Las 3.500 fábricas de confección de Bangladés representan alrededor del 85% de los $55.000 millones de exportaciones anuales del país, y trabajan para muchas de las principales marcas mundiales, incluyendo Levi’s, Zara y H&M.
Pero las condiciones de trabajo de muchos de los cuatro millones de trabajadores del sector, la gran mayoría mujeres, son desastrosas.