Al cierre de mayo de 2025, la relación deuda/PIB del Gobierno Central de Costa Rica se ubicó en 57,7%, lo que representa una disminución de 2,1 puntos porcentuales respecto al cierre de 2024, cuando era de 59,8%.
Así lo informó el Ministerio de Hacienda mediante un comunicado de prensa.
El déficit financiero también mostró una reducción, pasando de 1,3% a 1,1% del PIB en el mismo periodo. El superávit primario se mantuvo en 0,7% del PIB, con ingresos totales que superaron el gasto primario sin intereses por quinto año consecutivo.
El saldo de la deuda creció en términos nominales, con un aumento de ₡339.379 millones respecto a 2024, pero este crecimiento fue menor al del PIB nominal estimado, que se ubicó en 4,8%. Esta diferencia explica la caída en la relación deuda/PIB.
La reducción se atribuye principalmente a un superávit primario sostenido, que limita la necesidad de endeudamiento adicional, y a un menor pago de intereses, influido por factores como el diferencial cambiario y menores tasas de interés, especialmente en la deuda interna. Además, los ingresos tributarios crecieron un 2,2% interanual, aunque este ritmo muestra una desaceleración respecto a años previos.
En cuanto al ajuste fiscal, el gasto total disminuyó 0,7% interanual, explicado principalmente por la reducción en el pago de intereses y en el gasto de capital, que cayó un 5,3%. Este último aspecto podría tener implicaciones para la inversión pública futura. El gasto corriente sin intereses, por su parte, creció 1,5%, impulsado por remuneraciones y transferencias corrientes. Así, el ajuste fiscal se concentró en partidas como intereses y gasto de capital, mientras que el gasto en remuneraciones y transferencias mostró incrementos moderados.
La reducción de la deuda y el déficit se da en un contexto internacional volátil, con riesgos asociados a tasas de interés, precios de materias primas y acceso a financiamiento externo. El comunicado oficial advierte que la disciplina fiscal y la liquidez serán claves para mitigar estos riesgos. Sin embargo, la sostenibilidad de la tendencia dependerá de la capacidad de mantener el superávit primario y de la evolución de los ingresos tributarios, que muestran señales de desaceleración en algunos rubros.
---
Este artículo fue publicado por un editor de El Financiero asistido por un sistema de inteligencia artificial.