El Gobierno ha celebrado la reducción de la deuda pública como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) como uno de sus principales logros fiscales. Sin embargo, un nuevo informe macroeconómico advierte que una parte significativa de esta mejora es una “ilusión” contable, producto de la fuerte y sostenida apreciación del colón, lo que crea un importante riesgo latente para la estabilidad de las finanzas públicas.
El II Informe Macroeconómico 2025, elaborado por el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (CINPE) de la Universidad Nacional (UNA), realiza una simulación que aísla el efecto cambiario y concluye que la mejora en el indicador de deuda es mucho menos robusta de lo que parece.
Según el análisis, si el tipo de cambio se hubiera mantenido constante en los niveles de 2022, la relación deuda/PIB en 2023 y 2024 se habría mantenido prácticamente sin cambios.
Para 2025, el informe estima que aproximadamente 3 puntos porcentuales de la reducción total de la deuda pueden atribuirse directamente al impacto de un tipo de cambio más bajo.
Este fenómeno ocurre porque una porción de la deuda del país está denominada en dólares. Al apreciarse el colón, el saldo de esa deuda en dólares requiere menos colones para ser pagada, reduciendo artificialmente su peso total en la economía local. El informe califica esta dependencia de los movimientos cambiarios como una “vulnerabilidad estructural”.
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La advertencia del CINPE se alinea con análisis previos que han señalado el doble filo de la apreciación cambiaria para el fisco. Aunque ayuda a disminuir el valor de la deuda en dólares, también golpea la recaudación de impuestos, especialmente los que gravan las importaciones y las utilidades de las empresas exportadoras. De hecho, el propio Ministerio de Hacienda ha reconocido que el efecto neto de la baja del dólar en las finanzas públicas puede ser negativo.

Un castillo de naipes ante un dólar volátil
El principal riesgo, según el documento, es que el flujo de capitales que ha fortalecido al colón responde a un contexto internacional volátil, influenciado por factores geopolíticos como la relocalización de inversiones (friendshoring).
El informe subraya que la estrategia de Estados Unidos de repatriar inversiones hacia su propio territorio representa una amenaza latente para la estabilidad de estos flujos de capital que llegan a Costa Rica. Si estas condiciones cambian y el tipo de cambio revierte su tendencia, “gran parte de las ganancias fiscales observadas podrían revertirse”, sentencia el estudio.
En esencia, la sostenibilidad fiscal del país estaría dependiendo de un factor externo y transitorio, en lugar de cambios estructurales permanentes.
Para mitigar este riesgo, el CINPE recomienda que las autoridades fortalezcan los fundamentos fiscales, independientemente de la dinámica del tipo de cambio.
La receta, según los autores, es clara: consolidar los ingresos fiscales de manera más robusta, asegurar que el gasto público se mantenga en márgenes sostenibles y, sobre todo, priorizar un gasto de alta calidad que impulse el crecimiento económico a largo plazo.
El informe concluye que, si bien se ha logrado un avance en 2025 que no depende enteramente del efecto cambiario, la dependencia sigue siendo demasiado alta, dejando a las finanzas del país expuestas a un futuro ajuste brusco si el dólar recupera su valor.
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Este artículo fue publicado por un editor de El Financiero asistido por un sistema de inteligencia artificial.