El último trimestre del año suele ser una época donde la toma de decisiones financieras debe sopesar entre los ingresos adicionales —como el aguinaldo—, los gastos estacionales —el marchamo y las celebraciones— de fin de año y la necesidad de planificar ahorros e inversiones de cara al 2023.
Con el fin de ayudar a los consumidores y pequeños emprendedores a mejorar su comportamiento financiero, El Financiero organizó el foro Controle sus Finanzas.
En esta publicación resumiremos cuatro pilares esenciales que presentaron los panelistas del foro Mariela Alvarado, directora de Productos de Scotiabank, Roxana Chi, gerente financiera en la Universidad Cenfotec y Diego Benítez, asesor de Empodérate, sobre cómo ser un ahorrante y un deudor ejemplar.
1. Trabaje bajo un plan
Los tres panelistas coincidieron en que la clave de cualquier decisión financiera, ya sea de ahorro o financiamiento, es tener un norte claro. “Hay que tener una planificación, una ruta que me va a decir cuándo es el momento oportuno (para adquirir un producto financiero)”, dice Benítez.
El asesor pone de ejemplo un crédito empresarial: saber en qué etapa está el negocio y cuál objetivo desea alcanzar le ayudará a elegir mejor el tipo de producto que más se ajuste a esa necesidad. Actualmente en el mercado hay un abanico de oferta que puede cubrir el financiamiento desde el nacimiento, pasando por la madurez, hasta llegar a las etapas de expansión, así que saber en cuál escalón está le ayudará a encontrar la mejor oferta del mercado.
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Además, tener un plan claro le ayudará a destinar los recursos del préstamo a su objetivo para no diluirlos en tangentes.
A nivel de ahorro, el consejo es similar: ahorrar bajo un plan hará mucho más efectivo el proceso de acumulación, además sistematiza el proceso y crea disciplina en el ahorrante. Allí es donde instrumentos como el ahorro programado suelen ayudar a generar esa costumbre.
2. Busque asesoría personalizada
Aunque suene paradójico, las finanzas no son una ciencia exacta en cuanto no hay una receta mágica que sirva a todos por igual. Alvarado hace una analogía con una revisión médica: estaba debe ser personalizada porque el automedicamento o, peor aún, el medicamento basado en la experiencia de otra persona que no necesiariamente tiene las mismas especificidades, es sumamente riesgoso.
“La asesoría a veces la tomamos muy light y le hacemos caso al vecino, al tío, al primo para invertir o financiarme, pero lo que le sirvió a ellos no necesariamente me va a servir a mí”, menciona Alvarado
Hay otro consejo importante a la hora de buscar asesoría y va muy de la mano con el primer punto, el del planeamiento, y es saber expresarle sus objetivos al asesor. “Para poder tener una buena asesoría yo tengo que decirle qué es lo que estoy buscando”, dice Alvarado.
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3. Sepa separar deseos y necesidades
Este tercer punto también es una especie de apéndice de la planificación y tiene que ver con identificar cuándo vale la pena tomar un crédito y cuándo no. Es un consejo algo trillado, pero no siempre es fácil de seguir y es saber identificar si un objetivo es un deseo o una necesidad.
Roxana Chi separa estos dos conceptos en inversiontes y gastos, donde, evidentemente, debe haber una priorización esa inversión puede costearse la deuda porque el beneficio será más grande, ya sea porque es para iniciar un emprendimiento, estudiar o comprar una casa.
“Yo puedo tomar la decisión de endeudarme si es es una inversión, si eso me va a traer luego beneficios. Cuando es un gasto es mejor posponerlo, hacer un plan de ahorro y luego obtenerlo (a contado)”.
Este pilar no es uno que aplique solo al financiamiento, sino que también al ahorro. Entender cuál es el valor que tiene la finalidad del ahorro también le ayudará a determinar con cuánta intensidad hacerlo.
4. Conozca los instrumentos
Para Benítez, uno de los principales errores que cometen las personas es adquirir un producto financiero sin conocer cómo funciona.
Actualmente en el mercado hay una alta variedad de productos y cada uno responde a necesidades diferentes. En el caso del ahorro, por ejemplo, si no se tiene un alto apetito al riesgo lo mejor es usar instrumentos seguros como las cuentas de ahorro y los certificados de depósito a plazo, los cuales pagan una tasa mucho más estable.
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En cambio, si mis necesidades de ahorro son más a largo plazo y mis particularidades me permiten asumir más riesgos, un fondo de inversión podría dar mejores resultados. De allí el precepto de que a mayor riesgo, mayor premio.
Por el lado del financiamiento, la teoría se repite: hay que conocer las propiedades de los productos para que jueguen a favor del deudor y no en contra. De esta manera se evitan errores comunes como financiar con tarjetas de crédito, que pueden tener tasas más altas, productos donde un crédito personal podría haber sido más amigable, o viceversa, en el caso de las tasas cero que suelen ofrecer los intermediarios a corto plazo.
Si quiere conocer más sobre los tipos de instrumentos del mercado, consejos para sobrevivir a las tarjetas de crédito y más, puede escuchar el foro Controle sus finanzas completo en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=aeafSaxttQE
