En ocasiones se promueve a personas que no necesariamente tienen las habilidades, ni la motivación para el siguiente nivel establecido.
El síndrome de la desconexión nos genera una sensación de vacío, de cansancio, de estrés crónico y malas relaciones.
“Insisto en el equilibrio de vida trabajo”. Muy bien, entonces ¿porque sigue enviando mensajes en la noche, de fines de semana y espera que le contesten?
Los sesgos pueden llevarnos a tomar decisiones incorrectas, actuar irracionalmente, o incluso ser irrespetuosos ya que pensamos que la forma en la que vemos las cosas es “la realidad”.
Cambiar tiene elementos muy humanos, que empiezan por conocernos a nosotros mismos. No podemos transitar a otra situación, si no sabemos dónde estamos actualmente.
La retroalimentación del jefe no basta y de hecho es muy diferente a la que se puede recibir de pares o de colegas de equipos de trabajo. Por otra parte, toma fuerza el upward feedback, es decir de los colaboradores hacia sus jefes.
Debemos pensar en nuestras pasiones y habilidades para ese cambio. Nuestras pasiones son aquello que nos motiva y las habilidades aquello que hacemos muy bien.
Las ideas geniales no llegan solamente porque digamos que tenemos que innovar. Hay que crear los cimientos, desarrollar aptitudes y actitudes y crear un espacio seguro para la experimentación.
Las organizaciones impulsadas por valores, no solo crean un excelente ambiente de trabajo, sino que impulsan los resultados de la organización, lo cual muchas veces pensamos que son áreas separadas.
La búsqueda de trabajo y en especial de "querer hacer algo nuevo" puede ser muy desgastante si no se tiene claro el objetivo que se quiere alcanzar.