El triunfo de Milei expresa el hartazgo de una mayoría de la sociedad con el sistema de partidos que ha manejado los resortes de poder; plantea un cambio disruptivo cuyos contornos son difíciles de descifrar.
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La ironía es que el individualismo liberal parece haber sido derrotado por un totalitarismo que no es ni fascista ni comunista
El que un Estado sea laico no significa que sea ateo