“No creo que se deba pensar en Costa Rica versus otros mercados desarrollados porque hay cosas aquí que están avanzando muy rápido. Tienes una población bancarizada muy alta aquí”, explica Raj Seshadri, sobre su percepción del mercado costarricense, desde el punto de vista de métodos de pago.
Las empresas definen su desarrollo en una función de crecimiento y rentabilidad. Pero si no tenemos punto de referencia hacia el futuro para comparar este avance, podríamos terminar caminando en círculos.
En Costa Rica cuesta ver empresas que tengan institucionalizados procesos y metodologías ágiles que potencien los esfuerzos de innovación. Es crítico que las empresas cuestionen si su portafolio de productos y servicios actual tiene el nivel de resiliencia que se requiere durante las distintas etapas de esta pandemia.
En cualquier disciplina, la clave para ser exitoso es mantenerse vigente. Para empresas, esto significa tener las competencias necesarias para descubrir oportunidades, reimaginar posibilidades y ejecutar transformaciones.
Han pasado 50 años desde que en 1969 se graduó la primera clase de 29 MBA, 28 hombres y una mujer. Este año más del 30% de los graduados son jóvenes mujeres y en las maestrías ejecutivas hay clases con 52% de mujeres, muestra clara de que uno de sus programas insignia, el Centro de Liderazgo Colaborativo y de la Mujer, está rindiendo los frutos esperados.
Costa Rica se ubica en el onceavo puesto de crecimiento entre 2003 y 2013