A Víctor Quirós le encantó la casa esquinera diagonal a la escuela Roosevelt, frente a la plaza homónima en San Pedro de Montes de Oca. La edificación fue construida en los años 40 por un residente de origen europeo.
Desde que la vio, supo que era el sitio ideal. Ahí instaló Casa Roosevelt: Café y Galería, donde ofrece repostería, café de la marca Arte Altura, almuerzos para empleados de entidades y empresas de la zona, y realiza exposiciones de pintura y escultura de artistas nacionales, incluidas las suyas.
Es una triple apuesta: recuperar un edificio antiguo, tener un negocio rentable aprovechando el crecimiento del mercado de consumo de café de calidad y generar un genuino interés del público en el arte.
“Nos acompañan los artistas emergentes, consolidados y maestros”, dijo Víctor.
En Costa Rica, en la actualidad, se produce una segunda ola de crecimiento del consumo de café y de establecimientos dedicados al café de calidad, tras el impulso hace 24 años con la expansión de Café Britt y de cafeterías apoyadas por esta marca.
La nueva ola viene de la mano de una diversidad de marcas originadas en zonas como la de Los Santos y con el concurso de diferentes cadenas y cafeterías internacionales —Sarbucks, Juan Valdez, Dunkin’— y locales. Incluso la empresa de comercio Cemaco anunció la apertura de su primera cafetería, dirigida a sus clientes, en la sede de Rohrmoser.
Un reciente estudio de la firma Unimer mostró que el café es la bebida preferida por los consumidores costarricenses en diferentes momentos del día.
Del arte al café
Víctor se dedicó al arte desde muy jóven y se convirtió en artista plástico hace 25 años.
Es de Paraíso. En la escuela y el colegio dibujaba. Hacía retratos de los compañeros, primero a lápiz y pluma, luego en óleo. Todo de forma autodidacta. Siguió.
Estudió pintura en unos cursos que daba el Instituto Tecnológico de Costa Rica en la Casa de la Ciudad en Cartago.
Desde joven se dedicó también a ayudar en la economía y en los negocios comerciales de su familia en Oreamuno. Con eso se pagaba los cursos de arte y los materiales.
Su abuelo Raúl (q.e.p.d.) y su padre Víctor (q.d.e.p.) tuvieron durante muchos años un bar y pool en Oreamuno. Su hermano Pablo tiene aún La Casita del Pan frente al Hospital Max Peralta en Cartago. “Nunca esperé dedicarme a esto”, dice Víctor.
Datos vitales |
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Empresa: Casa Roosevelt: Café y Galería. |
Fundador: Víctor Quirós. |
Fundación: 2022. |
Ubicación: Barrio Roosevelt, San Pedro de Montes de Oca. |
Colaboradores: cinco personas y pronto tendrán dos más. |
Servicios: fusión de arte y gastronomía. |
Menú: cafetería, menú de repostería, desayuno y almuerzo con platillos tradicionales y típicos. |
Nicho de mercado: funcionarios y empleados de bancos, edificios y oficinas cercanas; docentes, personal administrativo y estudiantes de universidades. |
Horario: de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. y sábados y domingos hasta 6:00 p.m. |
Víctor se dedicó completamente al arte en el año 2000. Sobrevivía de producciones del Ministerio de Cultura y ayudando en los negocios familiares. A partir de 2012 empezó a recoger los frutos y a vivir de sus creaciones.
Participó en diferentes eventos, ferias y exposiciones artísticas nacionales e internacionales. Incluso estuvo en Barcelona en una exposición itinerante en varias alcaldías y en el centro de cultura exterior de la llamada Ciudad Condal.
Expuso en dos ocasiones en 2016 y 2019 también en Manhattan, Nueva York. En 2020 estaba preparando otra exposición en Nueva York, pero la pandemia lo frustró.
En principio se inclinó por los paisajes y retratos. Luego fue ampliando y enfocándose en la escultura. De la misma forma, le surgió la inquietud por ser barista. “A modo de terapia”, confiesa.
Se propuso preparar el café de manera profesional. Eso fue dos años antes de la pandemia. Una cosa llevó a otra.
Conoció a productores de café de Los Santos; en específico de Tarrazú. Su idea fue crear y comercializar una marca: Arte Altura. Inició en 2020 cuando las ventas de arte se paralizaron.
Cada empaque de café en grano o molido lleva una franja donde se expone una obra de arte. Empezó con las suyas.
Luego invitó a otros artistas como Leda Astorga, Adrián Gómez y Ricardo Jiménez, entre otros. Cada dos o tres meses uno diferente.
El proyecto lo inició junto con una socia, Marta Aguilar. Lo presentaron en la exposición anual organizada por la Asociación Nacional de Escultores, realizada en la Antigua Botica Solera, en 2021.
El café se comercializaba primero en redes sociales y tuvo mucha prensa. Actualmente se vende en la misma cafetería Roosevelt, en Mercado 84 (que está en varios centros comerciales como Multiplaza Escazú, Oxígeno, Lincoln y Tamarindo). Marta continuó con el proyecto. Antes del filtro del mercado, pasaron por otros más.
Marta y Víctor obtuvieron el apoyo de la Agencia Universitaria de Gestión del Emprendimiento (Auge). Asimismo, ganaron un premio de $12.000 para capital semilla de Banca para el Desarrollo. Y la idea evolucionó.
La cafetería
La experiencia de la marca de café dio paso a otro proyecto: la cafetería. Víctor se metió de lleno. Eso lo obligó a dejar de lado el proyecto de la marca de café.
Las ventas del café premium de Arte Altura iban en aumento. Entonces crearon un coffee bar para ir a diferentes sitios a realizar degustaciones como un catering en café.
Iban a museos. Asistían a inauguraciones de arte. Fue cuando vieron la casa en el barrio Roosevelt.
La idea inmediata fue tener un lugar donde los clientes disfrutaran una buena taza de café y un menú variado. La casa tenía cinco años de estar abandonada.
Víctor se enamoró de la vivienda, construida de ladrillo. También pensó en que fuera un espacio para el arte. Y no solo el suyo.
Desde el inicio sabía que rompía prácticamente un tabú local. En otros países, las casas y edificaciones antiguas se aprovechan y se les da una segunda vida como atractivos hoteles, hospedajes, restaurantes y cafeterías. En Costa Rica pasa muy poco.
Recurrió a la sucursal del Banco Nacional en San Pedro. Ahí analizaron el proyecto y dieron un paso que resultó ser excepcional: le brindaron un financiamiento para pequeña empresa, pese a que no tenía garantías reales. Era todo o nada.
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Durante varios meses limpió, lavó paredes y suelos, pintó y acondicionó la antigua vivienda para convertirla en la cafetería con diferentes espacios.
Además de la cocina, el mostrador y la sala principal, acondicionó varias habitaciones como salas donde los comensales disfrutaran en grupos o realizaran reuniones. También instaló su taller en una de ellas.
Las paredes de la antigua vivienda ahora ya no exponían las fotos familiares de sus antiguos ocupantes. Eran el lugar para las exhibiciones de pinturas. Y en los pasillos instaló columnas para mostrar sus esculturas o las de Astorga. Cada dos meses hay una exhibición nueva, tanto de artistas reconocidos como novatos.
La cafetería se inauguró el 27 de marzo de 2023. Y con ella se resucitó una tradición de exposiciones de arte en la Roosevelt que hasta 2007 se realizaban en la plaza de deportes.
De inmediato atrajo al público de la zona, incluyendo docentes y estudiantes universitarios. Varió el menú, dada la demanda, incluyendo el casado para la hora del almuerzo, aunque siempre mantuvo la comida tradicional, empezando por el gallopinto para el desayuno.
Hay clientes que llegan a realizar trabajo remoto, como en un coworking.
Las peticiones de los clientes, encantados por el lugar, no paran, y Víctor esboza diferentes planes para responderles. Ya convirtió, también con financiamiento, la vieja cochera en una terraza que da a la plaza Roosevelt. Tiene pendiente acondicionar el ático.
El principal paso será, sin embargo, convertirse en propietario de la casa. En eso está. Su apuesta es consolidar la cafetería.
Le propusieron crear otras cafeterías similares en otros sitios, pero Víctor dice que prefiere concentrarse en ese punto y ampliar el horario para atención de clientes en la noche.
En la mira está obtener el certificado de interés cultural y turístico e incluso el sello Esencial Costa Rica, que otorgan el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), respectivamente.
Hace tiempo que superó el punto de equilibrio, por lo que ahora puede enfocarse en sus proyectos, en sus creaciones, en las esculturas de los bufones y en la cafetería ubicada en una antigua casa sampedrina.