Yalile Alpízar no se imaginaba, cuando su exjefe en Visión Mundial le pidió que vendiera su casa porque se trasladó a otro país, que incursionaría en el mercado de bienes raíces por las siguientes cuatro décadas.
Tampoco, que estaría atendiendo a un mercado altamente sofisticado, y menos que Forbes Global Properties, la división de bienes raíces en el segmento de superlujo de Forbes, le daría la membresía exclusiva para Costa Rica, con lo que se expandirían sus horizontes. Su lanzamiento será este mismo 30 de abril.
“También manejamos propiedades comerciales e industriales, pero el enfoque principal de la empresa, desde sus orígenes, es residencial de lujo”, explica Yalile, CEO de Luxury Living Costa Rica.
El mercado de bienes raíces viene expandiéndose en el país de la mano de las multinacionales, el turismo y el desarrollo inmobiliario en algunas zonas de la Gran Área Metropolitana y en la costa del Pacífico.
Ambas situaciones dieron impulso a un grupo de menos de una decena de firmas y corredores de bienes raíces especializados en este segmento, que —más que competidores— trabajan en redes para la atención de un cliente muy sofisticado.
Aquella primera venta
Yalile o Yali, como la conocen, es oriunda de San Ramón de Alajuela. Ella es la décima de una familia de 13 hijos e hijas del matrimonio de Fabrique Alpízar (q.e.p.d.) y Odilie Alfaro (q.e.p.d.).
Cuando Yalile todavía estaba en primaria (la empezó en la Escuela Jorge Washington en San Ramón), la familia se trasladó a San José buscando mejores oportunidades. Aquí Fabrique trabajó con los Raventós en construcción.
Yalie concluyó la primaria y continuó la secundaria en el Colegio Divino Pastor. Luego viajó a Boston, Estados Unidos, donde terminó el high school. Regresó a Costa Rica para estudiar en la universidad.
Ingresó a Sociología en la Universidad de Costa Rica (UCR), en San Pedro de Montes de Oca, y trabajó en Visión Mundial al mismo tiempo. En este empleo estuvo 10 años. Empezó como asistente administrativa y terminó en auditoría financiera como asistente junior.
Al final de esa década uno de los jefes se iba del país y pidió a Yali que le vendiera la casa ubicada en Montelimar y le dejó el poder. Yali la vendió.
—Deme su número de cuenta— le pidió el exjefe. Se llamaba Lee (q.d.e.p.)—. Para depositarle su comisión.
—No, no jamás— le dijo ella.
—Usted se merece la comisión— le insistió Lee—. Hiciste el trabajo de un corredor de bienes raíces.
“Yo no tenía idea”, me dice Yalile en la entrevista. “Son cosas que le pone a uno la vida en el camino”.
Para ese momento Yali estaba casada con Roberto Guillén, quien es vicerrector de administración actualmente en la UCR. Además, ya tenían hijos. La mayor estaba en el kinder. Y ahí surge otra oportunidad.
La mamá de una de las compañeras de su hija en el kinder, que era corredora de bienes raíces, le dijo que le ayudara.
—Mirá, es que están llegando taiwaneses que buscan una casa y yo no hablo inglés— le dijo a Yali.— ¿Vos me podrías ayudar en ratitos? Te doy parte de la comisión.
Yali le ayudó durante un año. No era un trabajo permanente, pues una de las características de la actividad es que hay momentos de alta demanda y otros donde disminuye. En 1989 realizaron así siete ventas.
“Los taiwaneses compraban una casa en Costa Rica, optaban por una visa para Canadá y se iban allá”, explica Yali.
Como corredora de bienes raíces ella obtenía la flexibilidad para atender a sus hijas, conocía gente y otras culturas, y ayudaba a las personas a encontrar propiedades para sus familias o empresas. Se decidió a crear su empresa en 1990 como Luxury Estates y la operación creció. Hasta dos de sus hermanas trabajaron con ella por un tiempo.
Una de las situaciones que enfrentó era que otras firmas del sector tenían marcas similares. Yali buscó una identidad para diferenciarse.
Retomó los estudios, esta vez en correduría de bienes raíces en la Universidad Nacional Estatal a Distancia (UNED). Iba a clases tres veces por semana, en las noches. Se graduó en 1995. Se dio la oportunidad de abrir un camino distinto. Al año siguiente se instaló Intel en Belén.
Datos Vitales |
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Empresa: Luxury Living Costa Rica. |
Fundadora: Yalile Alpízar. |
Año de fundación: 1990. |
Servicios: bienes raíces en mercado de lujo. |
Planilla: dos personas. |
Colaboradores: 17 personas. |
Momentos difíciles: crisis de 2008 y pandemia en 2020. |
Recomendación a emprendedores: “Todos los días se presentan dificultades. Hay que perseverar y no dejar de soñar. Que no permitan que les corten las alas por diferentes motivos. Y a las mujeres, nosotras que somos una empresa de mujeres, que nunca permitan que —por ese hecho— las hagan creer que no se va a poder”. |
Giros del mercado
La llegada de Intel y de Procter & Gamble dio un vuelco al mercado. Al país empezaron a llegar otras multinacionales. Todas requerían viviendas y apartamentos, permanentes o temporales, para sus ejecutivos estadounidenses o de otros orígenes. Se rompió el esquema. Con el desarrollo turístico e inmobiliario en las costas del Pacífico pasó lo mismo.
La firma cambió para llamarse Luxury Living Costa Rica y empezó a anunciarse en revistas internacionales especializadas de Dubai, Nueva York, Londres y otras grandes ciudades que vivían un fuerte auge económico. Los desarrollos residenciales en Costa Rica estaban a la altura.
“Hemos asistido a conferencias internacionales y visitado casas de lujo en Beverly Hills o Palm Beach, por ejemplo”, dice Yali. “La arquitectura y la ingeniería de Costa Rica es de tan alto nivel que compite perfectamente con las casas más elegantes y más sofisticadas en este tipo de mercados”.
El mercado, sin embargo, es muy sensible a los ciclos económicos. Primero fue la crisis financiera global de 2008.
“Se cayó el mercado de lujo. Fue durísimo”, dice Andrea, hija de Yali y líder de equipo de ventas y socios propietarios de agencias de Luxury Living.
Desde que tenía ocho años Andrea acompañaba a Yali o se hacía cargo, como la hermana mayor, de tareas diversas en la casa cuando su madre no estaba. Ya eran cinco: cuatro niñas y un niño. Andrea no se quedó ahí.
A los 15 años regresó de un viaje a Miami con una cámara digital y tomaba fotos de las propiedades, las cuales se subían al sitio web después. Y Yali le comentaba asuntos del negocio.
Al graduarse del colegio estudió inglés en EE. UU., regresó a Costa Rica para unas gestiones y, con la confusión creada por la caída de las Torres Gemelas en Nueva York en setiembre de 2001, ingresó a la UNED a Recursos Naturales. No le apasionó.
Cambió a Salud Ambiental en la UCR, donde le encantaron las giras y conocer comunidades. Empezó a realizar horas estudiantes para obtener un ingreso, pero le apareció una oportunidad en bienes raíces, sin pedirla, que sería definitiva.
Yali le pidió que, después de sus clases de la universidad, atendiera a un cliente que quería ver una casa en Curridabat. El cliente compró la casa. Yali le reconoció la comisión.
A partir de ahí Andrea siguió trabajando con la empresa. Junto a Yali vio los efectos de la crisis del 2008 en el negocio.
La crisis bursátil e inmobiliaria hizo caer las operaciones en diversos países, industrias y empresas. En Luxury Living racionalizaron el gasto, la reinversión y los riesgos. Los proveedores colaboraron. Una revista de Dubái aceptó la cancelación de $12.000 en publicidad a pagos. Ocurrió algo positivo, también.
A nivel local se estabilizaron los precios en el sector inmobiliario, aumentó la cautela y aparecieron clientes con urgencia de ceder sus residencias. Luxury Living se concentró en un rango del mercado de alto valor. Cuando la crisis pasó, se vio el resultado a partir de 2012.
La otra crisis fue la del 2020, con la pandemia. Pero hubo una diferencia, aunque al inicio reinó la incertidumbre.
El confinamiento y el cierre de fronteras en diferentes países, incluida Costa Rica, hizo que se cayeran tres negociaciones que Luxury Living estaba a punto de cerrar. Todo se paralizó.
En el último trimestre, sin embargo, se asentaron nuevas tendencias: las personas de diferente nivel económico se replantearon dónde vivir y trabajar, aumentó el interés por la salud y el bienestar y el trabajo remoto se había generalizado. No fue lo único que ocurrió.
Muchas personas que residían en torres de apartamentos se plantearon buscar residencias con espacio, distanciamiento y las condiciones para trabajar y permanecer en casa. Y propietarios de residencias de mayor tamaño, y cuyas finanzas se vieron afectadas, querían un lugar cómodo y ajustado a su situación. Luxury Living reaccionó a todo eso.
Se trabajó en la virtualización (se tenía un sitio web, pero ahora se incluyeron presentaciones de residencias en línea) y, basándose en el inventario de propiedades, se atendió la sorpresiva demanda local e internacional. La operación creció.
Representación exclusiva
Esos cambios del mercado impulsaron a Luxury Living a ampliar el equipo de asesores independientes (12 agentes), de soporte (mercadeo, fotografía, webmaster, diseño gráfico y contabilidad), la red de firmas aliadas y la cartera de servicios.
Todo eso se planteó en familia. Como empresa familiar también se tiene el aporte de otras hijas y del hijo: Daniela, Carolina, Ana Paola y Roberto, con distintas especialidades comodiseño, finanzas, administración de empresas e ingeniería industrial. Y de don Roberto. El rédito fue múltiple.
La firma fue seleccionada por Forbes Global Properties como representante exclusivo en Costa Rica.
El contacto se dio por iniciativa de Luxury Living, con el objetivo de alcanzar a más clientes de alto nivel. Yali envió un correo electrónico indicando que les gustaría participar en un proceso de selección si llegaban a interesarse en tener presencia en Costa Rica. Eso fue en 2020. La respuesta llegó.
En Forbes Global Properties aceptaron. Entre enero y marzo de 2024 se realizaron entrevista con diferentes ejecutivos y se enviaron atestados y respaldos de la trayectoria y las ventas de Luxury Living. Después, otro periodo de silencio “angustiante”.
El 19 de marzo pasado la respuesta positiva llegó en un correo electrónico de invitación a formar parte de la marca. Luego se realizó una videollamada donde el CEO de Forbes Global Properties, Michael Jalbert, les dio la bienvenida. Y el 19 de marzo se firmaron los contratos.
La representación exclusiva, además de ser un reconocimiento y distintivo de excelencia, permitirá a Luxury Living acceso a los clientes e inventarios de Forbes Global Properties, atender clientes enviados por las agencias representantes en otros países y a enviarles clientes desde aquí. Se benefician también del valor de la marca Forbes, con una audiencia de casi 150 millones de personas en el mundo.
El anuncio del lanzamiento se realiza este 30 de abril en el Country Club con presencia de los altos ejecutivos de Forbes Global Properties, incluyendo a Jalbert y a Marcus Benucci, su director de desarrollo. Y, de seguido, se actualizan las páginas de ambas firmas con la información para quienes deseen invertir en Costa Rica en residencias de lujo.
Pensar que todo eso inició con un favor y que la representación exclusiva se consiguió con un email.