Un grupo de 73 municipalidades de Costa Rica dejaron de recaudar ¢720 millones en impuestos en 2024 debido a obras de construcción realizadas sin licencia municipal.
Este es el resultado del Informe de Obras Sin Permiso 2024, elaborado por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) y presentado la semana anterior.
Algunas municipalidades, principalmente rurales, costeras y ubicadas fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM) son las que más pierden por construcciones al margen de la ley. Solo una pequeña parte de los municipios está exenta de esta situación.
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Ante esta realidad, el CFIA iniciará un acompañamiento con cinco municipalidades que reinciden entre las que más dinero dejan de percibir por esta causa.
¿Cuáles pierden más?
El dato general indica que la proporción de obras sin permiso municipal aumentó en Costa Rica en 2024, con respecto a los años anteriores.
En 2020, en medio de la pandemia, la cifra tocó techo: un 37% de construcciones ese año se hicieron sin licencia de las respectivas municipalidades. En los periodos siguientes el porcentaje bajó, pero en 2024 volvió a repuntar hasta una cuarta parte del total de las obras.
Este aumento preocupa al CFIA, pues una obra realizada sin permiso o sin el seguimiento de un profesional puede acarrear riesgos para la seguridad de la construcción o el medio ambiente.
“Mucha gente cree que la inversión que se hace en un profesional no tiene resultado a corto plazo, pero más bien la inversión en un profesional garantiza una mejor obra”, comentó Esteban Ureña, jefe de Inspecciones del Colegio.
Para realizar el estudio, el CFIA visitó 5.098 obras en los 84 cantones del país. Esto incluye construcciones nuevas de tipo comercial, habitacional e industrial, pero también las llamadas obras complementarias, como pueden ser remodelaciones, tapias, muros, entre otros.
En algunos cantones la situación es más grave, lo que se traduce en mayores montos que se alejan de las arcas municipales.
Esparza es la municipalidad que más recursos dejó ir. Las obras sin permiso en ese cantón significaron casi ¢68 millones en impuestos que no se recogieron. El Financiero intentó tener una reacción de la Municipalidad de Esparza, pero no se obtuvo respuesta al cierre de esta nota.
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A este cantón puntarenense le siguen Naranjo y Santa Cruz, también con cifras superiores a los ¢60 millones cada una.
La lista continúa con cantones de la costa pacífica, principalmente. Dentro de la GAM, Santa Bárbara, Atenas y Alajuela son los tres municipios que más perdieron el año pasado por obras sin licencia.
Dota, Heredia y Flores son los que tienen un mejor resultado entre los 73 municipios que presentaron alguna evasión. Sin embargo, otros 11 cantones, entre los que están Santa Ana, Escazú, Tibás, Río Cuarto o Aserrí, registraron cero obras sin permisos en 2024.
Posibles causas
Cuando el CFIA detecta en sus recorridos una obra sin licencia, notifica a la respectiva municipalidad y espera una respuesta que, en algunos casos, no llega. Ese es el límite en el margen de acción de la entidad, pues los gobiernos locales gozan de autonomía.
Ureña comentó que cada municipalidad es libre de decidir cuál acción tomar ante una obra de ese tipo. Algunas proceden a colocar una multa, otras clausuran la obra, pero existen casos en los que puede no existir una reacción municipal.
“Hemos encontrado muchas municipalidades con problemas logísticos para hacer su trabajo”, indicó el especialista del CFIA.
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Entre estas debilidades están la sobrecarga de trabajo para un mismo funcionario al que le corresponde inspeccionar diversas materias, la falta de un inspector de construcciones especializado, entre otras.
Además, hay otros factores que dificultan la inspección municipal. Una de ellas es el tamaño del territorio y los terrenos montañosos que facilitan la construcciones de edificaciones que no están a la vista. También la escasez de procedimientos internos y el uso de poca tecnología impiden un accionar más eficiente.
El CFIA tiene algunas hipótesis que pueden responder a que las obras sin permiso aumentaran en 2024. El auge inmobiliario en las costas es uno de ellos, debido a que ese desarrollo puede estarse dando con pocos controles en respuesta a una necesidad rápida. También la informalidad de constructores que evitan los trámites.
La situación en Guanacaste es más preocupante. Otros estudios han expuesto el boom constructivo que vive esa provincia, en la que aumentó el porcentaje de obras sin permiso. En otras palabras, se está construyendo más y hay una mayor cantidad de obras informales: hasta un 33% del total de obras en Guanacaste el año pasado se hicieron fuera de los ojos municipales.
“El crecimiento desmedido de obras se va a ver reflejado en más presas, menos agua, en construcciones en zonas de playa (...). Creemos que hay que darle más control (en Guanacaste)”, afirmó Ureña.
Santa Ana y Escazú son dos ejemplos de buenas prácticas. Estos municipios han contratado personal específico y han integrado la tecnología en los procesos de inspección.
Acompañamiento
Ante la alta incidencia de esta problemática, el CFIA iniciará contactos con cinco municipios para valorar un programa de capacitación.
Estos son Santa Cruz, Garabito, Nicoya, Osa y Pérez Zeledón, municipalidades que se mantienen año tras año con números rojos en esta estadística.
Este acompañamiento incluye contactos con otras municipalidades exitosas, inspecciones conjuntas, capacitación al personal, entre otros aspectos.
No obstante, esta colaboración es voluntaria, debido a la autonomía municipal, lo que significa que cada entidad debe aceptar esta ayuda para poder ejecutarse.