La campaña electoral de cara a los comicios de este 2026 tiene como punto de partida un escenario de máxima incertidumbre. Así lo certificó la más reciente encuesta publicada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), según la cual un 57% de la población todavía no sabe por quién votar —a falta de solo cinco meses para las elecciones— y el oficialismo no logra trasladar “mecánicamente” la popularidad del presidente Chaves a la contienda.
El estudio publicado este miércoles 10 de septiembre contempló 1.003 entrevistas realizadas entre el 1.º y el 4 de septiembre, lo cual deparó un margen de error de solo 3 puntos porcentuales y un nivel de confianza del 95%.
Los datos del estudio evidencian un alto nivel de confusión, pero también permiten despejar algunas dudas.
Por ejemplo, dejan claro que el oficialismo adelanta en la carrera por la Presidencia, pero de una forma menos contundente y más dispersa de la que esperaban en las filas continuistas. Además, reflejan la situación de la oposición, en donde todavía no surgen propuestas dominantes.
Según redactó el CIEP en su informe de resultados, todo sigue en juego. Las únicas certezas hasta el momento son que “no hay una candidatura favorita a estas alturas” y que “el partido oficialista tiene dificultades para traducir el apoyo personalista al mandatario y sumarlo a su campaña”.

Estas son las cuatro principales claves de la última encuesta del CIEP recién publicada:
Oficialismo sin traslado
La encuesta del CIEP determinó que la popularidad del presidente Chaves no se traslada de una forma “mecánica” a la candidatura de Laura Fernández, la exministra del actual gobierno que será candidata por el Partido Pueblo Soberano (PPSO).
Hubo un 12% de la población general encuestada que dijo respaldar la candidatura de Fernández; sin embargo, otro 7% que mencionó directamente al presidente Rodrigo Chaves, a pesar de que el mandatario no es candidato presidencial ni puede reelegirse.
El PPSO es el partido que buscará la continuidad del actual gobierno y pretende aprovechar la alta popularidad del presidente Rodrigo Chaves, cuya gestión es valorada positivamente por un 52% de la población, según la misma encuesta.
Pero ese traslado tampoco parece estar siendo tan directo, ni contundente.
Para poner los datos en contexto, Chaves recibe una valoración positiva por parte de cinco de cada 10 personas en Costa Rica, pero Fernández solo recibe el respaldo directo de uno de cada 10.
El hecho de que Chaves sea mencionado como un candidato más también es una señal sobre la complejidad de llevar el respaldo personalista que recibe el mandatario a las urnas, en favor de otra persona.
El CIEP explicó que no es posible sumar el respaldo a Chaves con el respaldo a Fernández porque son “dos cosas diferentes”. “El respaldo al mandatario es a él directamente”, explicó el centro académico, y “las personas entrevistadas podrían haber mencionado a Laura Fernández, candidata oficialista, pero lo cierto es que no lo hicieron”.
Esa situación puede responder a confusión, desconocimiento o desconexión de los seguidores de Chaves con la exministra Fernández, según el centro universitario; pero los motivos solo podrán despejarse conforme avance la contienda.
Además de Fernández hay otras dos opciones políticas de cara a las elecciones de 2026 que se relacionan con el oficialismo de forma indirecta, pero ninguna supera el 1% en preferencia de voto, siempre según el estudio. Una de ellas es la candidata del Partido Unidos Podemos (PUP), Natalia Díaz, quien fue ministra de la Presidencia en la actual administración. Otra es Luz Mary Alpízar, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD) que impulsó la candidatura de Chaves en 2022 antes de que conflictos internos separaran a ambas partes. Ambas reciben un 1% del respaldo de la población general.
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PLN pierde dominio
En la oposición, el candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), Álvaro Ramos, es el que recibe un mayor respaldo (6% de la población general).
Ese nivel de respaldo, sin embargo, solo representa la mitad del que recibe la candidata continuista y es el tercero más mencionado en la contienda.
Esto rompe con el comportamiento de los últimos cuatro comicios, según los registros del CIEP-UCR, en los que el candidato del PLN siempre había iniciado la campaña liderando la intención de voto.
La situación era previsible si se toma en cuenta que Ramos obtuvo solo 117.663 votos a favor en la convención interna del PLN y que en ese proceso solo participaron poco más de 150.000 personas. Ambas cifras decayeron en comparación con los procesos de 2017 y de 2021, en los que resultaron elegidos Antonio Álvarez Desanti y José María Figueres.
Ambos candidatos habían sumado el respaldo de 190.000 y de 150.000 personas, respectivamente, en votaciones donde participaron más de 430.000 votantes.
Oposición sin convencer
Además de Fernández y de Ramos solo hay otro candidato cuya proporción de respaldo para las elecciones de 2026 supera el margen de error de la encuesta. Se trata de Ariel Robles, del Frente Amplio, con un 5% de la población general encuestada.
El 5% de Robles entra en empate técnico con el 6% de Ramos, por los 3 p.p. de margen de error de la encuesta.
Además, solo hay otra candidata que alcanza el 2%: la exprimera dama Claudia Dobles. Ella buscará la Presidencia con la Coalición Agenda Ciudadana (CAC), compuesta por los partidos Acción Ciudadana y Agenda Democrática Nacional.
Las demás opciones de oposición se diluyen y ni siquiera alcanzan un 1%.
En ese grupo se encuentran Fabricio Alvarado, del Partido Nueva República (PNR); Juan Carlos Hidalgo, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); Eliécer Feinzaig, del Partido Liberal Progresista (PLP), Claudio Alpízar, de Esperanza Nacional (PEN) y José Aguilar, del Partido Avanza. Además están los casos de Natalia Díaz y Luz Mary Alpízar, ya mencionados.
Según el politólogo Gustavo Araya, existe “desconocimiento” de las candidaturas presidenciales, y eso se reflejó en las cifras de intención de voto y de personas indecisas expuestas por el estudio. Para llegar esa conclusión se basó en el hecho de que el CIEP realizó una pregunta “abierta”; es decir, que únicamente le preguntó a los encuestados de “por quién votaría” y no les ofreció listados específicos.
En ese sentido, el estudio de la UCR también determinó que la población todavía no identifica a alguna persona o candidatura específica como el principal opositor u opositora de la actual administración. Por el contrario, se mencionan principalmente actores generales como la Asamblea Legislativa (33,2%), el PLN (22,4%) o el FA (16,9%), sin alusión a figuras puntuales.
Las bajas cifras de intención de voto iniciales, sin embargo, no han sido una sentencia de muerte para las candidaturas presidenciales en los comicios más recientes. Por el contrario, las últimas tres elecciones presidenciales (2014, 2018 y 2022) fueron ganadas en segunda ronda por candidatos que en las primeras encuestas aparecían con intenciones de voto muy pequeñas.
El último caso fue el del presidente Rodrigo Chaves, quien apenas tenía el respaldo de un 2% de las personas con ánimo de votar hasta septiembre de 2021 y finalmente consiguió meterse en segunda ronda e instalarse en Zapote.
Según el CIEP, el hecho de que los apoyos sean tan bajos y haya tanta dispersión partidaria genera un alto nivel de oportunidad de éxito para todas las candidaturas existentes. Todas las candidaturas, indicó, pueden “ganar un poco más de apoyo que los demás, por poquito que sea”, y eso puede convertirles en una fuerza “competitiva” sin que hoy precisamente partan como favoritos.
Ronald Alfaro, politólogo a cargo del estudio, añadió que las puntuaciones actuales pueden terminar siendo pisos o techos para cada candidatura, y que eso solo dependerá de cuánto logren o no logren conectar con el electorado.
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Más indecisos
El número que posiblemente sea el más relevante de la encuesta, sin embargo, es bastante opaco. Se trata de ese 57% de la población que no sabe si votará o por quién votaría.
Ese porcentaje de la población no solo podría definir quién será la próxima persona que ocupe la Presidencia de la República, sino que también podría determinar si continúan avanzando las cifras de abstencionismo en el país. Este indicador ya escaló por encima del 40% en el último proceso electoral.
“En este escenario”, según el CIEP, “cualquier resultado electoral es posible”.
El Centro avisa sobre una campaña que será “volátil, con altos grados de incertidumbre, llena de vértigo y poco predecible”.