El Fusarium Raza 4 Tropical es un hongo mortal que afecta las plantaciones de banano y puede sobrevivir en la tierra hasta por 30 años. Por eso el Poder Ejecutivo emitió de manera preventiva el estado de emergencia fitosanitaria, una declaratoria que le permite emplear ¢3.420 millones en capacitaciones y divulgación para garantizar una detección temprana.
Los recursos provienen del Fondo para Emergencias del Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) y la apuesta del Gobierno es la prevención, pues la estrategia para contener la enfermedad sería demasiado onerosa para el país.
El decreto que firmó el presidente de la República, Carlos Alvarado, y el ministro de Agricultura y Ganadería, Renato Alvarado, se publicó en el diario oficial La Gaceta el sábado 20 de julio.
Aunque actualmente el territorio nacional se encuentra libre de esta mortal espora, la enfermedad está muy cerca.
Durante el 2019 Colombia informó la presencia del Mal de Panamá (como también se le conoce) en la Guajira, una región rodeada de montañas y que ha permitido aislar a la enfermedad del resto del territorio sudamericano.
Sin embargo, la preocupación existe porque desde La Terminal de Contenedores de Moín (TCM) hasta el puerto de Santa Marta en Colombia, solo existe una distancia de 1.000 kilómetros en línea recta y los puertos son una posible vía de ingreso.
La directriz tiene como objetivo proteger el empleo y evitar un mayor resquebrajamiento de la producción nacional. La actividad podría sufrir una contracción de hasta 5% a causa de la COVID-19 durante este año, de acuerdo a estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
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La industria bananera es importante para la economía pues genera cerca de 40.000 empleos directos y 100.000 indirectos, el 80% de ellos en la región Caribe. Durante el 2019 las exportaciones de la fruta dejaron divisas al país por $1.004 millones de acuerdo a datos publicados en el portal estadístico de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Implementar un plan de acción para evitar el ingreso del Mal de Panamá es vital, pues desde el inicio de la pandemia el banano casi no ha experimentado afectación en el mercado internacional y esto le permite a la industria mantenerse estable.
Plan de Acción
El estado de emergencia fitosanitaria se mantendrá por un periodo de un año a partir de la publicación del decreto. Es decir, estará vigente hasta el 20 de julio de 2021.
La directriz permite utilizar el 30% del Fondo para Emergencias del SFE, que actualmente tiene recursos por ¢11.400 millones de acuerdo a las declaraciones de Fernando Araya, director de la entidad.
“Debido a la cercanía y la seriedad de la amenaza se decidió emitir un decreto para la habilitación de una emergencia sanitaria preventiva. Esta es una plaga que por ingresar produce daños grandes y costos sumamente altos, no solo afecta solo al sector bananero, sino a las familias de las musáceas, al plátano, al banano dátil, el criollo y a todas las especies nativas”, agregó Araya.
La estrategia aún está en construcción y actualmente se socializa con la Corporación Bananera Nacional (Corbana) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Estas instituciones trabajarán de manera conjunta y el SFE será el encargado de llevar la batuta.
Aunque la estrategia estaría completa hasta la primera quincena de agosto, Araya adelantó algunas de las acciones. Como parte del plan se brindarán capacitaciones a los productores para explicar el comportamiento de la plaga y cómo deben actuar ante la sospecha de que una planta esté contaminada con el Fusarium Raza 4 Tropical.
Educar es fundamental pues la enfermedad produce agrietamientos en las vainas y en etapas iniciales este síntoma puede confundirse con las grietas que se generan por las deficiencias de potasio. El hongo también produce marchitez en las hojas y estas se vuelven amarillas y cafés.
También se brindará educación para implementar de manera correcta las medidas de bioseguridad, el uso adecuado de desinfectantes y los protocolos de ingreso a las fincas productoras de banano.
En la parte de divulgación se reforzará la rotulación en puntos fronterizos, se contactará líderes comunales y se pautará en televisión y radio para llevar el mensaje a una mayor cantidad de personas.
Esto es fundamental pues en el país existen plantas de bananos o plátanos en los patios o jardines de las casas de habitación, y es importante que la población conozca los síntomas y los canales de comunicación a los que podría acudir en caso de sospecha de la plaga.
Así el SFE podría intervenir de manera temprana y realizar un barrido por la zona cero para detectar otros posibles casos.
Hacer una detección temprana podría hacer la diferencia en la industria bananera pues el hongo se propaga rápido a través del agua llovida, llantas de vehículos, zapatos, patas de animales, insectos, implementos agrícolas o herramientas.
Como parte de la estrategia también se fortalecerán las capacidades de reacción de los laboratorios en caso de que el Fusarium toque tierra, en una primera instancia se procesarían las pruebas en los laboratorios del SFE y en caso de requerir infraestructura adicional se solicitarían los laboratorios de Corbana.
Costa Rica aspira a no repetir el pasado pues el Fusarium Raza 1 eliminó miles de hectáreas de la especie Gros Michel en Latinoamérica y el Caribe en la primera mitad del siglo XX. Esa plaga ocasionó grandes pérdidas económicas y transformó la industria bananera, pues la Gros Michel debió reemplazarse por el Cavendish que sí resiste la raza 1 pero no la 4.
Industria estable en medio de la crisis
Durante los primeros meses del año las exportaciones de banano sufrieron una pequeña afectación, esta es la conclusión a la que llegó EF al comparar las ventas mensuales. En marzo se reportaron $68 millones y esto representó una caída del 21% con respecto a febrero cuando las ventas dejaron divisas por $86 millones.
No obstante, las ventas internacionales se estabilizaron en abril y mayo, según los datos proporcionados por la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
De momento la industria se mantiene “estable”, de acuerdo a Jorge Sauma, gerente general de Corbana. Esto da un respiro a la economía en momentos donde la tasa de desempleo alcanzó el 20,1%, de acuerdo a la más reciente Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Tras un ligero bache las ventas internacionales se estabilizaron pues los consumidores demandaron más banano por sus propiedades vitamínicas y su relación con un estilo de vida más saludable, un tema que gana terreno en medio de una pandemia.
Pese a que la industria se mantiene estable, las autoridades continúan en la búsqueda de nuevos mercados. Corea del Sur, Japón e incluso los Emiratos Árabes son destinos interesantes, de acuerdo a Sauma.
En esta coyuntura se detectó un crecimiento en la demanda de banano en Emiratos Árabes, China, Grecia y Polonia según confirmó Dyalá Jiménez, ministra de Comercio Exterior.
En este momento las autoridades trabajan en garantizar una cadena logística ágil para que la fruta llegue en un tiempo razonable y a un costo competitivo a mercados lejanos como Asia y Medio Oriente.