Las torres de apartamentos atraen a compradores que buscan seguridad, delicados acabados y una serie de comodidades sin salir de la propiedad. Pero este tipo de oferta no es accesible para todos los rangos salariales.
Solamente el 21,6% de los asalariados en Costa Rica recibe un ingreso mensual con el cual puede optar por un crédito de vivienda que cubra el precio de venta de los apartamentos que conforman las torres más nuevas del país.
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EF revisó siete de los proyectos inmobiliarios más recientes autorizados por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) que superan los seis niveles. Asimismo, se verificó el monto inicial en el que se cotizan las unidades habitacionales en cada proyecto.
Los trabajadores que devengan un salario inferior a ¢1 millón mensuales quedan fuera del selecto grupo que puede adquirir vivienda propia en esas grandes torres. Así lo constató EF al consultar a las principales entidades financieras del país sobre los préstamos disponibles según rangos salariales que están libres de deudas. Esto se debe a que la capacidad de crédito disminuye en caso de que el salario tenga montos que se descuenten para el pago de deudas.
El alquiler también se mantiene como una opción fuerte entre quienes aún no cuentan con los recursos para comprar alguno de estos apartamentos. Los precios varían según la zona y la cantidad de metros cuadrados (m2) que conforman la vivienda.

Posibilidad de compra
Un total de 325.400 trabajadores ganan más de ¢1 millón mensual, según datos aportados por el Sistema Centralizado de Recaudación de la Caja Costarricense de Seguro Social (Sicere) con corte a febrero del presente año. La información fue consultada por este medio desde marzo anterior.
Esa cantidad de personas representa menos de la cuarta parte de la población asalariada que registra Sicere. Si estos asalariados no poseen deudas asociadas, entonces tienen la posibilidad de que distintas entidades financieras les aprueben un préstamo de vivienda superior a ¢73 millones, monto mínimo en el que se cotizan las unidades habitacionales dentro de los proyectos más nuevos que figuran en las aprobaciones de venta a plazo del MEIC.
La oferta de Dunna Nunciatura, en Rohrmoser, inicia desde los $145.000 (poco más de ¢73 millones según el tipo de cambio vigente al 13 de junio) y con un tamaño de 46 m2. Scotiabank cubre ese monto para los ingresos mayores a ¢1 millón mensuales; Banco Popular (BP), Banco Nacional (BN), y Grupo Mutual no financian la cantidad necesaria para los salarios de ¢1 millón o menos.
Un precio similar de venta se encuentra en Heredia, pero con mayor espacio habitable. Khaya Ruta Uno ofrece apartamentos desde los $149.700 (aproximadamente ¢75 millones) para 67 m2.
Pero si los compradores tienen la meta de adquirir un apartamento en torre en Jacó, es necesario que ganen mensualmente ¢1.900.000 para que Scotiabank otorgue los $303.000 equivalente a una unidad de 84 m2 en Solea Jacó.
Aun así, la posibilidad de residir como propietario en alguno de los apartamentos que superan los 100 m2 en Trópica en Nunciatura se complica hasta para quienes ganan ¢2 millones. Ese perfil salarial no es apto para préstamos de $695.000.
Préstamos millonarios
Las entidades financieras informaron a EF sobre los montos máximos que prestan a los distintos rangos salariales para la obtención de vivienda. Dicho cálculo se realizó sin contemplar endeudamiento alguno por parte del cliente. Además, la información se entregó por trabajador individual. Si un matrimonio, por ejemplo, quiere solicitar el crédito, no necesita ganar ¢1 millón cada uno para ser objeto de préstamo.
El Banco Popular cuenta con tres Fondos Sociales de Vivienda: Avales para Vivienda (FAVI), Especial de Vivienda (FEVI) y Comunitaria.
“La FAVI permite acceder a la prima del crédito (hasta el 20% del valor del crédito, incluyendo gastos de formalización), evitando un mayor endeudamiento y que este monto no se convertirá en un obstáculo para acceder a su casa propia. De esta forma, a través de este Fondo las personas pueden obtener un financiamiento de hasta el 100% del proyecto”, indicó la oficina de prensa del BP.
El FEVI acepta el 100% del monto del avalúo y está enfocado para perfiles que demuestren algún grado de vulnerabilidad como jefas de hogar, jóvenes que sostienen financieramente a su núcleo familiar, adultos mayores, personas con discapacidad y personas afectadas por desastres declarados emergencia nacional en el último año.
La Vivienda Comunitaria, por otra parte, es la combinación de un crédito en condiciones especiales y un bono de vivienda. Está disponible para familias que no tengan casa y que en el pasado no recibieron bono de vivienda; asimismo, estas familias deben mantener ingresos brutos desde los ¢457.815 hasta ¢1.831.210 mensuales.
La dirección de Productos de Crédito del BN aclaró que los clientes de la entidad que adquieren créditos de vivienda no deben pagar montos adicionales por concepto de seguro de vida y póliza, ya que están incluidos en el cálculo de la cuota.
Algunos de los requisitos básicos que solicitan las entidades financieras para analizar la aprobación de créditos son: buen historial crediticio, constancia salarial o certificación de ingresos con los debidos respaldos, copia de cédula de identidad del solicitante, copia del plano catastrado.
El atractivo de las torres
La sala de cine y el salón de juegos son dos de los atractivos que contienen las nuevas torres que superan los 20 pisos. La ubicación cercana a parques, restaurantes, colegios, supermercados y centros comerciales permite que los residentes encuentren lo que necesitan a menos de un kilómetro.
El área de spa, baño para mascotas, una piscina, gimnasio, hamacas, zona de asadores y una sala virtual para proyecciones y grabaciones completan el catálogo de comodidades que tienen torres como Dunna.
Las zonas de ejercicio y natación ya son parte indispensable de la oferta de las torres. Por esta razón innovan con espacios de fogata, lounge de fiestas y sunset lounge; así lo hizo The Point, que cuenta con 22 niveles y Scape, que tiene 20 pisos.
No obstante, la seguridad y confort que ofrecen estos nuevos proyectos están al alcance únicamente de quienes devengan salarios por encima de ¢1 millón. El alquiler es una de las opciones que pueden considerar las personas que no cuentan con los ingresos suficientes para comprar el bien.
