Vivir en una zona con cero reportes de criminalidad es imposible en Costa Rica, según las estadísticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Los robos, asaltos y tacha de vehículos permean a todos los cantones del país, aunque algunos logran distanciarse de una gran incidencia de estos hechos a tal punto que no registran homicidios.
Si una persona, o familia, busca comprar casa en algún lugar donde se cometieron pocos delitos en 2024, entonces deberá fijar su mirada en uno de los 15 cantones con mejor puntaje de seguridad otorgado por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC).
El CPC elabora cada año el Índice de Competitividad Cantonal (ICN) con base en más de 290 indicadores relacionados con el funcionamiento de sus instituciones; disponibilidad de servicios de salud; la adopción de tecnologías de la información; calidad de la infraestructura; las habilidades y las competencias de la población; y el dinamismo de sus mercados.
En la dimensión de seguridad del ICN se evidencian los índices de criminalidad que propician -o no- un ambiente seguro. Acosta, en la provincia de San José, lidera la tabla de seguridad con 92,2 puntos de 100 posibles.
Quienes deseen adquirir una casa en el cantón número uno en seguridad tendrán que presupuestar $1.062 por metro cuadrado (m²), aproximadamente. EF recopiló los precios de venta promedio de casas, ubicadas en los cantones con mejor calificación en seguridad, en la plataforma de anuncios clasificados encuentra24.com.
Para habitar en uno de los territorios más seguros del país se deben sacrificar otras áreas que fomentan el dinamismo económico local. Un ejemplo de ello es que Acosta pasa a la última posición a nivel nacional cuando se evalúa la calidad del servicio eléctrico para vivienda, industria y comercio; la deficiencia de ese servicio público imposibilita una correcta conexión a Internet (cuando no hay acceso a fibra óptica) y a utilizar electrodomésticos en cualquier momento, por ejemplo.
Evaluar cuánto cuesta vivir en las zonas con menos delitos dependerá de cuántas facilidades están dispuestas las personas a ceder con el fin de evitar la criminalidad.
Cantones seguros
Los homicidios, los robos, los asaltos, los hurtos, la tacha de vehículos y el robo de vehículos son las variables que determinan el nivel de seguridad de cada territorio, según el análisis del ICN.
Naranjo, en la provincia de Alajuela, se ubicó en el segundo lugar en el listado de cantones con menos reportes de hechos delictivos en 2024. La calificación es de 90,6 puntos, mismo resultado que obtuvo Zarcero ubicándose en el tercer lugar de la tabla.
Los vecinos de esas zonas no enfrentaron casos de homicidio cerca de sus lugares de habitación. Ese mismo resultado lo comparten los cantones que se ubican desde la cuarta casilla hasta el octavo eslabón de seguridad, en el siguiente orden: Nandayure, Tarrazú, Hojancha y San Isidro; Guatuso, Santa Bárbara y Montes de Oro en las casillas diez, 12 y 13 se unen al grupo de cero homicidios al cierre del año anterior.
Pero la competitividad promedio que tiene cada una de esas zonas no es destacable. Mientras Naranjo es catalogado como ‘emergente’ a nivel competitivo, a Zarcero y Acosta los acompaña la etiqueta de ‘limitado’; Nandayure está ubicado como ‘deficiente’.
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Las localidades que sí cuentan con bajos números de criminalidad y altos resultados de competencia son San Isidro de Heredia y Palmares en Alajuela. El primero tiene 81 puntos en seguridad y un promedio de 62 a nivel competitivo; el segundo tiene una calificación de 63,9 en el listado general del ICN y 79,2 puntos en la dimensión de seguridad.
Dota y León Cortés, por otra parte, no poseen tasa (número de casos por la cantidad de habitantes del lugar) de tacha de vehículos. En esta misma variable, el cantón que sí experimentó casos, pero sale mejor librado es Poás con una tasa de 2,8.
Cuánto cuesta
El precio mínimo de venta del metro cuadrado (m²) en Acosta se cotiza en $127 para casas. El valor aumenta hasta a $2.000 por m² al buscar los montos máximos.
En Naranjo el precio más alto de venta está por debajo del monto que se encuentra en el cantón josefino. El mínimo por m² se oferta en $312 frente a un tope de $1.786, de acuerdo con el sitio web encuentra24.com.
León Cortés y Tarrazú tienen los montos promedio más económicos con $523 y $693 por m², respectivamente.
Y si la atención se fija en los precios más altos, no sorprende que las zonas con mejor competitividad son las que superan la cotización de cualquier otro lugar mencionado en este reportaje. Para comprar una vivienda en Palmares se deben presupuestar desde $322 por m² hasta $2.692.
Asimismo, San Isidro encabeza la lista del precio altos de venta entre los cantones con mayor puntaje de seguridad. El m² de la vivienda en este cantón se cotiza desde los $372 y alcanza los $2.780.
La plataforma de anuncios clasificados no posee los montos máximos, mínimos ni promedios de todas las zonas del país. De hecho, de los 15 cantones más seguros solamente cuenta con los datos específicos de nueve territorios; Zarcero, Nandayure, Hojancha, Guatuso, Montes de Oro y Río Cuarto no poseen la información suficiente en el sitio web para poder generar los datos de interés en este reportaje.
El 66,6% de las localidades más seguras del listado se ubican geográficamente en el interior del país. Un 20% se concentra en la Gran Área Metropolitana (GAM) y el porcentaje restante corresponde a regiones costeras.
Poás, Naranjo y Palmares integran las zonas en auge inmobiliario en el Occidente del país. Esa región vive un despertar en la construcción de vivienda y el desarrollo de zona franca, lo cual incentiva la economía y genera interés en los trabajadores de las nuevas empresas para vivir cerca de la compañía donde laboran.
“Tenemos un cliente que quiere hacer inversiones en Sarchí y Palmares contemplando casas por un valor de venta de $120.000. Con esa característica lo que tenés son casas tradicionales (horizontales o de dos plantas con patio y jardín)”, comentó Melizandro Quirós, economista y director del Centro de Estudio del Negocio Financiero e Inmobiliario (Cenfi).
La última Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en 2024, contabilizó 1,8 millones de viviendas ocupadas en el país. El 55% de ellas son casas independientes, es decir, la entrada principal ni las áreas verdes son compartidas con otros vecinos
Quirós agregó que los cantones más seguros captan la atención de personas jubiladas y extranjeros que buscan invertir en lugares donde no se cometa tanta criminalidad. “No necesitan estar en la ciudad con toda la facilidad de servicios. Es una cosa por otra”.
Contrastes cantonales
El catálogo de vivienda puede mostrarse reducido en estos cantones que no son ‘altamente competentes’. En Acosta, dicho sector tuvo un puntaje de 23,6 sobre 100, esto como consecuencia de un bajo dinamismo constructivo en obras de vivienda, industria, comercio o servicios el año anterior.
Además, el cantón más seguro del país flaquea en la dimensión de sector eléctrico por mostrar bajos niveles de calidad en el servicio.
Quirós consideró que vivir en los cantones calificados con mejor seguridad es costoso en temas de transporte, debido a la infraestructura y el servicio público existente en la localidad. A esto se suma una posible subida de precios del terreno porque la construcción tiende a ser horizontal, lo que se traduce en una mayor inversión comparado con el desarrollo de una torre de unidades habitacionales
Lo positivo en Acosta, además de estar lejos de los mayores índices de delitos reportados, es su cobertura educativa que lo ubica en el sexto puesto cantonal en temas académicos. Los habitantes de la zona disponen de 46 escuelas y ocho colegios, sin embargo, la oferta de primarias y secundarias privadas es nula, según datos brindados por el Ministerio de Educación Pública (MEP) en 2024.
Naranjo, por su condición de ‘emergente’ tiene mejores resultados en otros dimensiones comparado con los números de Acosta. Las dimensiones que presentan deficiencias en el cantón alajuelense son la transformación digital del gobierno local, el sector constructivo y el servicio de transporte público.
El ICN señala que la red vial cantonal en Naranjo “requiere mayor inversión para su adecuado mantenimiento”. La otra cara de la moneda es que la mayor parte de los estudiantes que se forman en algún centro educativo de la localidad aprueban satisfactoria la secundaria.
Según Andrés Fernández, economista del CPC, el índice fue diseñado fue diseñado para que las familias y hogares puedan tomar decisiones, así como también está creado con el objetivo de dirigir el accionar de los tomadores de decisiones en materia de política pública.
En Naranjo existen 30 escuelas y siete colegios inscritos ante el MEP. En esa red instituciones académicas se encuentran solamente dos primarias privadas y una secundaria bajo ese sistema de financiamiento; las opciones subvencionadas no forman parte de la oferta.
León Cortés, donde se encuentra el precio promedio de venta más económico por m², comparte los mismos contrastes con Naranjo. No obstante, aparece una dimensión débil diferente a las descritas anteriormente: encadenamientos productivos, lo cual refleja un bajo nivel de relaciones comerciales con otras comunidades.
Ese territorio que se ubica en la Zona de los Santos no cuenta con educación privada para los escolares y colegiales. Así se refleja en la base de datos que el MEP envió a EF.
Como lo señaló Quirós, esas áreas de rezago competitivo no afectan a personas pensionadas o grupos económicamente independientes, razón por la que se convierten en lugares llamativos para vivir alejados de la concentración de delitos a pesar de la escasez en otras dimensiones.
El análisis se muestra positivo en San Isidro y Palmares, sitios seguros y calificados como ‘competentes’. En la ubicación de Heredia destaca el acceso a los servicios públicos, competencias básicas y el acceso a tecnologías de la información (TIC’s) a través de los centros educativos, pero tiene una baja proporción de personas mayores de 25 años que concluyeron la secundaria.
Otro punto relevante a tomar en cuenta es que el precio a pagar por el servicio de electricidad tiende a ser de los más elevados en estos cantones seguros. La tarifa promedio por KWH consumido es de ¢92 en Tarrazú, Palmares, Poás, Guatuso, Hojancha y Montes de Oro, según el análisis del ICN en 2024.
Los ¢92 equivale al precio más alto entre todos los cantones del país. En San Isidro el costo es menor: ¢82; aún así, se distancia de Cartago que tiene el monto promedio residencial más bajo (¢74), pero que tiene un resultado de seguridad igual de bajo con una calificación de 50,5 de 100 posibles.
Fernández comentó que usualmente las personas buscan casa en la misma región que residen actualmente. Por lo tanto, cobra relevancia analizar indicadores como seguridad y servicios para determinar qué variables pesan más en la elección final del cantón.