La solicitud de Costa Rica para adherirse al acuerdo transpacífico de libre comercio ha alcanzado un “progreso sustancial”. Así lo declaró el ministro de Comercio de Australia, Don Farrell, tras presidir una reunión ministerial del grupo este viernes 21 de noviembre, según reportó la agencia Kyodo News.
En consecuencia, existe la expectativa de que este país centroamericano finalice su proceso de adhesión para finales de año, según lo dijo Farrell en una conferencia de prensa posterior a la reunión celebrada en la ciudad australiana de Melbourne.
El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) entró en vigor en 2018 e incluye a 12 países: Australia, Japón, Canadá, Singapur, Brunéi, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Vietnam y Reino Unido.
El pacto ha despertado un creciente interés por parte de otros países que buscan unirse, en medio de medidas proteccionistas globales y las agresivas políticas arancelarias impulsadas por Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump.

De hecho, Estados Unidos formaba parte del acuerdo original firmado en febrero de 2016, pero se retiró en enero de 2017, a pocos días de iniciar la primera administración de Trump.
“En un entorno comercial global incierto, el CPTPP continúa brindando estabilidad, previsibilidad y un alto nivel de normas que benefician a las empresas y comunidades de nuestra región”, declaró Farrell, refiriéndose al acuerdo.
El Ministerio de Comercio Exterior (Comex), que lidera las negociaciones para la incorporación de Costa Rica, también anunció recientemente un avance en ese proceso, tras una reunión celebrada del 6 al 10 de octubre en Tokio, Japón.
“Durante esta semana se discutieron las ofertas remitidas por Costa Rica en materia de acceso a mercados de bienes, compras públicas, empresas propiedad del Estado, entrada temporal de personas de negocios, servicios e inversión y servicios financieros, alcanzando un avance sustantivo en las discusiones de estos temas”, dijo la entidad mediante un comunicado de prensa emitido el 15 de octubre.
¿Oportunidad o amenaza?
El CPTPP reduce los aranceles y otras barreras comerciales entre sus miembros, además de establecer reglas conjuntas para resolver desacuerdos comerciales, registrar patentes y proteger la propiedad intelectual, entre otros objetivos.
En la actualidad, las 12 economías del acuerdo representan cerca del 15% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y el 18% del comercio global de bienes en su conjunto. Además, constituyen un mercado de 600 millones de consumidores en cuatro continentes, tal como destaca Comex en su sitio web.
Tres de esas economías figuran en el grupo de las siete naciones más poderosas del mundo (G7): Canadá, Japón y el Reino Unido.
Si bien Comex ha presentado la adhesión al tratado como una oportunidad para el país, productores nacionales se han opuesto al proceso por considerarlo una amenaza para el sector agrícola nacional, que sigue presentando resultados negativos en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) publicado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
“La adhesión a este acuerdo dejaría en clara desventaja a los productores nacionales, que enfrentan altos costos de producción y no cuentan con las condiciones necesarias para competir con países que poseen una gran capacidad productiva, amparada con subsidios, bajos costos de mano de obra y economías de escala. Es un acuerdo con el que no tenemos nada que ganar y sí tenemos mucho que perder”, expresó Abel Chaves, segundo vicepresidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), en una entrevista con El Financiero el pasado mes de agosto.
Por ejemplo, el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé) ha advertido que la adhesión del país al CPTPP provocaría un impacto negativo sobre la competitividad, trazabilidad y sostenibilidad del sector cafetalero nacional, afectando a miles de familias que dependen de esta actividad.
Sin embargo, el jerarca de Comex, Manuel Tovar, aseguró que la incorporación al acuerdo permitiría diversificar aún más el abanico de países a los que Costa Rica podría exportar en condiciones preferenciales, generando más oportunidades hacia nuevos potenciales destinos de exportación.
“Uno de los objetivos del ingreso de nuestro país al Acuerdo Transpacífico es que el sector exportador cuente con condiciones preferenciales de acceso en sus 12 países miembros. Sin embargo, el atractivo de exportar no depende solamente de esas condiciones preferentes, sino también de las valoraciones que hagan las empresas y de las estrategias que decidan implementar para acometer las oportunidades”, respondió el ministro Tovar a consultas enviadas por este medio en agosto.
En aquel momento también expresó el compromiso de buscar resultados que permitan atender de la mejor manera posible las preocupaciones de algunos sectores, “sin perder de vista que se trata de un acuerdo de altos estándares”.
“Es importante mencionar que algunas de las actividades agrícolas más vocales al expresar su rechazo a esta negociación, destinan hasta el 80% de su producción a la exportación (o sea, que no dependen de lo que vendan en el mercado interno), que incluso ya se benefician en sus negocios de la utilización de producto final importado que comercializan bajo sus marcas o que ya compiten en condiciones de libre comercio en el mercado nacional con socios comerciales tan competitivos como los del Acuerdo Transpacífico y que incluso gozan de logística comercial mucho más favorable”, añadió.
En la reciente reunión celebrada por los miembros del tratado, Uruguay, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas e Indonesia fueron identificados como países que cumplen los criterios para unirse al pacto. Las negociaciones para su adhesión comenzarán primero con Uruguay y los demás seguirán en 2026 si corresponde, según Farrell.
El jueves, los miembros del CPTPP también mantuvieron diálogos inaugurales sobre inversión con la Unión Europea y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, que incluyeron debates sobre la reforma de la Organización Mundial del Comercio y la posible cooperación en áreas como la facilitación del comercio digital y la resiliencia de la cadena de suministro.
