En una sesión virtual dirigida por el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, los ocho gobiernos miembros respaldaron por consenso el nombramiento del nicaragüense Werner Vargas, candidato del régimen de Daniel Ortega, para el cargo de secretario general.

Costa Rica dio su voto a favor en un acto que significa un cambio en la postura del país frente a la candidatura nicaragüense. A finales de junio, los ocho expresidentes costarricenses pidieron al presidente Rodrigo Chaves rechazar esa postulación con el argumento de que resultaba incongruente “avalar la elección de un candidato propuesto por el régimen despótico y opresor que gobierna Nicaragua”, según escribieron en una carta abierta al presidente Chaves.

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Días después, los diputados de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Asamblea Legislativa emitieron un pronunciamiento en contra del apoyo del Gobierno de Chaves al candidato de Ortega.

Este mismo jueves, los expresidentes Carlos Alvarado y Laura Chinchilla reaccionaron a la noticia a través de sus cuentas de Twitter.

“Es un día triste y de claudicación en Centroamérica”, escribió Chinchilla, quien insinuó que una nueva declaración de la Organización de Estados Americanos (OEA) servirá poco frente al “triunfo” de Ortega al hacerse con la secretaría del SICA.

Sin embargo, el Gobierno ya había dejado ver un posible desbloqueo de la candidatura, con el fin de reactivar al SICA.

“Costa Rica no se opuso al consenso de la declaración, lo cual permite que se reactive este órgano regional”, manifestó Casa Presidencial mediante un comunicado de prensa.

El diputado oficialista Manuel Morales también expresó su respaldo a esta decisión días antes en un discurso en la Asamblea Legislativa. “Sin ese puesto, el SICA no puede ejecutar sus funciones, lo cual ha significado trabas para varios proyectos importantes para la región”, dijo el legislador.

Para el analista y politólogo Constantino Urcuyo, es un error la elección de un candidato que proviene de un régimen como el de Daniel Ortega en una entidad democrática.

“Es una mala decisión de todos los presidentes (...). En nuestro caso debíamos por lo menos habernos abstenido”, comentó Urcuyo.

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Casa Presidencial precisó que en el SICA hay más de $150 millones listos para ser ejecutados. No obstante, el país estará a la espera del plan de trabajo del nuevo secretario.

El SICA lo componen ocho miembros: Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana.

La secretaría general se rota cada cuatro años entre los países integrantes. Desde el 2021 el ente estaba acéfalo; le correspondía a Nicaragua nombrar a una persona en este puesto, sin embargo, el gobierno costarricense se opuso. Una sola oposición basta para detener el proceso pues las decisiones se toman por consenso.

El nombramiento de Vargas rige a partir de este 2022 y hasta el 2026, año en el que le corresponderá a Costa Rica asumir la Secretaría General.

Organismo débil

El SICA es la principal instancia de la integración en la región, sin embargo, el organismos tiene poco brillo.

Una de las causas es que los países del Istmo carecen de puntos en común que sirvan de base para un proyecto conjunto.

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El SICA tampoco tiene suficientes recursos para subsistir por sí solo, pues depende en gran medida de la cooperación internacional.

Para Urcuyo, esta decisión es intrascendente y poco ayudará en revivir al organismo, al que tachó de burocrático y le reclamó poco protagonismo en denunciar violaciones de derechos humanos en algunos países de la región y en el mismo golpe de Estado de 2009 en Honduras.

“Yo no creo que vaya a revivir al organismo (...). El SICA es inoperante desde su nacimiento”, aseguró

Fricciones

Las fricciones entre Costa Rica y el SICA no son nuevas. Uno de los episodios más tensos se dio en diciembre del 2015, en plena oleada de migrantes cubanos que transitaban por Costa Rica.

En ese momento, Costa Rica decidió dejar de otorgar visas temporales a migrantes cubanos y rompió lazos con los foros políticos del SICA por su falta de solidaridad ante esa problemática migratoria.

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“He defendido la integración regional durante 30 años, soy un presidente integracionista, por eso la salida es motivo de frustración y tristeza (...). No comprendo cómo tres países lograron detener un acuerdo que apoyaban todos los demás miembros del sistema”, declaró el entonces presidente Luis Guillermo Solís.

Solís, y su sucesor Carlos Alvarado, fueron críticos contra Nicaragua y Ortega. También la expresidenta Chinchilla ha emitido duras criticas al gobernante del país vecino.

Precisamente Solís dijo a finales de junio al medio nicaragüense El Confidencial que ese país debió haber sido expulsado del SICA y cuestionó lo que considera como una contradicción el apoyo a Vargas y, a la vez, el no reconocimiento del gobierno de Ortega.

“Hay que poner en la balanza los derechos humanos”, manifestó el exmandatario.