Construir coaliciones entre varios partidos políticos de Costa Rica para luchar con más fuerza por la presidencia de la República en 2022 y ganar un mayor número de diputaciones, es una idea que ronda en el ámbito político nacional.
Mientras agrupaciones como Liberación Nacional (PLN) y Acción Ciudadana (PAC), ya viven procesos encaminados a una convención interna para definir la fórmula presidencial y los aspirantes a las diputaciones; otros partidos como el Republicano Social Cristiano (PRSC), ven una alternativa en eventuales alianzas.
En un ajedrez que avanza despacio y en el cual cada movimiento se estudia con calma, las negociaciones y acercamientos se activaron.
Vientos a coalición
En la Unidad, con cuatro posibles precandidatos presidenciales, el expresidente Miguel Ángel Rodríguez impulsó la constitución de un equipo de trabajo que evalúe por espacio de cuatro meses la viabilidad y conveniencia de sumarse a una coalición de partidos de “centro-derecha”.
Sin embargo, los miembros de la Asamblea General de partido rechazaron en una votación que terminó 56 en contra y 32 a favor.
Otra alternativa es la que se teje de la mano del alcalde de Cartago, Mario Redondo, quien con Alianza Demócrata Cristiana (ADC), piensa más en una coalición de figuras políticas importantes provenientes de diferentes vertientes y sectores; pero también con la suma de más agrupaciones.
El también exdiputado socialcristiano considera que es momento de pensar en una “selección nacional de ciudadanos” de alto nivel para presentar una coalición fuerte.
Eliécer Feinzaig, presidente del Partido Liberal Progresista (PLP), aceptó el inicio de las comunicaciones con Redondo para explorar la posibilidad de una conformación multipartidaria.
Sobre los acercamientos con Redondo, acepta que tienen muchas afinidades y facilidad para buscar acuerdos en los puntos en los que no existen coincidencias.
“Hemos tenido acercamientos con diferentes personas de diversos partidos para buscar una coalición”, adelantó Feinzaig.
El economista recordó que hay muchas personas con experiencias muy valiosas que no tienen actualmente partido, pero que podrían integrar un equipo de alto nivel para contribuir desde la política.
Feinzaig aceptó que le gustaría buscar sinergias con grupos, como, por ejemplo, Unidos Podemos, de la exlibertaria Natalia Díaz.
¿Hay espacio?
La política costarricense lleva prácticamente 50 años comandada por la predominancia de partidos políticos como el PLN, el PUSC y el PAC. Aunque la Unidad es producto de una coalición, sus años más fructíferos fueron bajo una única bandera.
La dinámica electoral y el clima político de los últimos años rompieron con el bipartidismo y generaron una mayor cantidad de espacios para que movimientos más pequeños, incluso algunos de ellos casi “persona-centristas”, lograran una curul.
Daniel Clavo, politólogo y analista, considera que muchos proyectos de pequeños partidos se convierten en “empresas” que le generan ingresos de deuda política a sus líderes y les permiten ganar diputaciones, por lo que sumarse a una eventual coalición implica sacrificar ese capital.
Los espacios para que se construya una alianza, señala Calvo, quizás evolucionen un poco más allá y se centren en personas que por su nombre o experiencia puedan aportar como figuras.
Es difícil que grupos como el PUSC e incluso Restauración Nacional, que tienen una base de votantes y una estructura más fuerte, se adhieran a iniciativas con facciones más pequeñas, con menor recorrido y que hasta la fecha no han ganado ni siquiera una diputación.
Sin embargo, la alternativa de que una o varias coaliciones participen en los comicios del 2022 todavía no puede ser descartada. Las negociaciones están en marcha por ahora.