El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) de Perú confirmó la presencia del hongo Fusarium Raza 4 Tropical (FOC R4T) en una plantación de media hectárea ubicada en el departamento de Piura del país sudamericano. La información la dio a conocer el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) mediante un comunicado de prensa este martes 20 de abril.
Esta es una cepa mortal que afecta a las plantaciones de banano, plátano y todas las familias de las musáceas. El hongo puede sobrevivir en la tierra por treinta años y es altamente resistente a los fungicidas.
Luego de confirmar la presencia del Fusarium las autoridades peruanas declararon emergencia fitosanitaria en todo el territorio y aplicaron medidas estrictas para evitar la propagación hacia otras plantaciones bananeras. En Perú se contabilizan 170.000 hectáreas con cultivos de banano.
Hasta abril de 2021 el único país donde estaba presente el Mal de Panamá ―como también es conocido― era Colombia, pues la cepa arribó al continente americano en agosto de 2019.
Ahora se confirma que el hongo ya está presente en dos países sudamericanos, lo que pone presión a varias naciones de América Latina ―incluida Costa Rica― y el Caribe que se dedican a producir y exportar banano.
El anuncio activó las alertas en Ecuador (país con el que Perú limita hacia el norte) donde se implementaron controles y fumigaciones a vehículos que cruzan la frontera para evitar el avance de la enfermedad.
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La mortal cepa también se encuentra cerca del territorio nacional, pues entre la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) y el Puerto de Santa Marta en Colombia solo existen 1.000 kilómetros de distancia. El puerto de Limón es una de las posibles vías de ingreso junto a los aeropuertos.
Durante el 2020 Costa Rica exportó más de 129 millones de cajas de banano y registró un ingreso de $1.120 millones, según cifras de la Corporación Bananera Nacional (Corbana). A pesar de los estragos que causó la crisis sanitaria la industria bananera logró mantener a más de 40.000 trabajadores y más de 100.000 trabajadores indirectos.
El Fusarium se manifiesta como un marchitamiento en las plantas. A nivel externo produce bajamiento en las hojas y afecta a la variedad Cavendish que se cultiva actualmente y es resistente al Fusarium Raza 1. Esta última variedad del hongo devastó, durante la primera mitad del siglo pasado, miles de hectáreas sembradas en América Latina y el Caribe.
Se estima que las clamidósporas del Fusarium Raza 4 Tropical podrían impactar el 80% de las musáceas que se utilizan para consumo humano.
En la actualidad no existe tratamiento y la única forma para detener la propagación es quemar las tierras afectadas, las cuales no pueden volver a usarse porque podría reaparecer el hongo.
Para tratar de contener la enfermedad se constituyó formalmente la Alianza Global de Cooperación de Lucha contra el Fusarium R4T, que busca vencer a la enfermedad previniendo su propagación, invirtiendo en el desarrollo genético o educando a los consumidores.