La Reserva Federal cumple un ciclo de 17 meses de incremento en la tasa de fondos de la Reserva Federal desde su mínimo de 0.25% a un 5.50% en julio 2023. Hoy, la discusión torna alrededor del punto de inflexión o la longitud de que las tasas se mantendrán en estos niveles. El viernes anterior finalizó el encuentro de los bancos centrales en Jackson Hole, y en sus conferencias de prensa han dejado al mercado con las cartas abiertas a posibles incrementos adicionales. ¿Qué implica esto en oportunidades de inversión?
Primero, hay que entender de donde viene este proceso, con la pandemia el mundo se vio impactado por una crisis económica profunda, donde tanto la política monetaria como fiscal se activaron de manera agresiva para enfrentar lo que no se sabía que sería una crisis sanitaria: su longitud y su impacto. En una recuperación en V (rápida) los factores en la oferta y demanda tuvieron que reacomodarse y, como consecuencia se registra una aceleración en la inflación hacia finales del año 2021. Sin embargo, en marzo el mundo se ve impactado de manera directa por el conflicto bélico entre Ucrania-Rusia. A raíz del incremento en precios de petróleo, gas, granos y fertilizantes (un impacto sobre la oferta), que aumenta los precios globalmente de manera acelerado la reacción casi generalizada de las economías fue una alza en tasas de política monetaria también de manera acelerada.
Desde el punto de vista de la gestión de sus patrimonios lo que sucede a nivel económico y financiero tiene un impacto directo sobre el resultado de corto plazo y, por tanto, debe de estar tomando en cuenta en su proceso de planeamiento financiero, ya que representa el ambiente en el cual se gestionarán los activos en su portafolio, representa el conductor de corto plazo.
En un proceso de tasas altas, desaceleración del crecimiento en los precios, y la actividad económica el portafolio podrá tomar provecho de oportunidades tácticas o de corto plazo que se ofrecen. En ese contexto, uno de los activos que se muestran atractivos es la renta fija con rendimientos que ofrecen en niveles históricamente altos.
La tasa de referencia global para inversiones es el bono del tesoro de los Estados Unidos a 10 años, que se ubica en 4.23% (25 de agosto), su punto más alto desde el año 2007. Otros bonos de menor plazo registran incluso, niveles mayores, superiores al 5%. Es a partir de estos rendimientos que hay opciones de inversión de muy alta calidad de crédito (de pago) en niveles que no se tenían antes. Esta estrategia se llama cierre de rentabilidad, el cual, pretende lograr conformar una cartera con el objetivo de aprovechar estos niveles, al mismo tiempo que hay una probabilidad de un posible aumento de sus precios en el momento que las tasas inicien su proceso a la baja (quizá para tercer o cuarto trimestre del 2024).
Otras opciones como acciones o fondos accionarios presentan también posibilidades interesantes, aunque con una mayor volatilidad de corto plazo que se puede presentar ante la incertidumbre de la actividad económica y el plazo de tiempo que las tasas se mantengan altas, afectando las utilidades de las empresas. Sin embargo, algunos mercados y sectores marcan buenas posiciones que para el mediano y largo plazo ofrecen valor para sus patrimonios.
¿Cómo aprovechar entonces de estas oportunidades?
La invitación es acompañarse para revisar sus portafolios o estrategias de inversión a la luz siempre de sus objetivos financieros y patrimoniales, de manera que pueda determinar de manera disciplinada el espacio para posicionarse en activos que aporten valor al resultado; hacer más rentables sus posiciones de corto plazo.