El 77,7% de las personas asalariadas en el país devenga un salario igual o menor a ¢1 millón. Este grueso de la población se enfrenta a un panorama donde el acceso a vivienda se reduce según el rango salarial en el que se encuentre.
Mientras los trabajadores que perciben ¢400.000 de salario bruto (sin deducciones) tienen acceso a un préstamo máximo de ¢30,5 millones, quienes ganan ¢1 millón encuentran un tope de ¢80 millones.
¿A qué tipo de casa pueden aspirar con esos montos? Quienes reciben ¢400.000 al mes tendrán que ayudarse con un bono de vivienda si buscan opciones en condominios, además de solicitar un préstamo en alguna entidad financiera. Los apartamentos y casas a las que tienen acceso se encuentran fuera de la capital con un área de 52 metros cuadrados (m²).
El estudio Balance y Tendencias del Sector Vivienda 2023—publicado por la Universidad de Costa Rica (UCR), el Instituto Tecnológico (TEC) y el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) meses atrás—, evidenció que, entre los 203 proyectos inmobiliarios que estaban en venta el año pasado, el precio mínimo para una vivienda vertical se cotizó en $71.000 (poco más de ¢36 millones al tipo de cambio del 28 de noviembre) en Alajuela.
Las personas que devengan ¢1 millón podrán elegir entre variedad de préstamos y casas que alcanzan hasta los 100 m² alrededor del país.
En el otro extremo se encuentran los salarios inferiores a ¢400.000. Este grupo no tiene las condiciones crediticias para vivir en un condominio, por lo tanto la opción es alquilar la vivienda en urbanizaciones o barrios.
Tipo de vivienda y crédito
Un total de 1.144.459 personas tienen salarios brutos menores o iguales a ¢1 millón, según datos aportados por el Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere) de la Caja Costarricense de Seguro Social (Sicere).
Quienes reciben ¢1 millón sin deducciones asociadas pueden acceder a préstamos máximos que van desde los ¢52 millones en Grupo Mutual, hasta los ¢80 millones en Scotiabank.
Con estos montos pueden adquirir casa o apartamento en la zona que prefieran con tamaños que llegan hasta los 110 m². Con esas dimensiones generalmente se encuentran casas con más de dos cuartos, más de un baño, jardín, patio y espacios de cocina y sala.
Los montos de crédito máximo van desde los ¢48 millones hasta los ¢72 millones para los trabajadores que reciben ¢900.000 de salario. Este grupo de personas puede apuntar a proyectos habitacionales con tamaños máximos de 90 m² pero fuera de la GAM en zonas como Grecia; si quieren algo más cerca de la capital tendrán que conformarse con 73 m² en Desamparados, San José.
“Una vivienda para tres personas puede estar entre 55 m² y 60 m² para que tengan un espacio de comedor, cocina, pila, dos dormitorios y un baño. Sin derecho a un cuarto de trabajo, pero muchas veces la gente agarra algún espacio dentro de la sala o el comedor para meter el escritorio”, comentó Dania Chavarría, vicepresidenta de la junta directiva del CFIA.
Las personas en el rango salarial de los ¢800.000 no ven tantas diferencias de tamaño y ubicación en relación con los otros dos niveles. Pero si se desciende hasta los ¢600.000 se marca la reducción de las áreas y créditos.
Con ¢600.000 el monto máximo de préstamo es de ¢48 millones. Por lo tanto, si quiere vivir en Barrio Escalante tendrá que conformarse con 34 m² en una unidad habitacional tipo estudio ideal para una persona, pero si quiere más espacio tendrá que ubicarse en Grecia, Ciruelas, El Guarco o Barreal de Heredia, por ejemplo.
El camino de casa propia se pone engorroso para los salarios establecidos en ¢400.000 porque se encuentran con un tope de préstamo por ¢30,5 millones que los obliga a elegir solamente las soluciones que se localizan en la provincia de Alajuela. Además, deberán solicitar un bono al Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi).
Franklin Solano, investigador del estudio del CFIA, indicó que el tamaño de la vivienda ya no influye tanto en el precio de los desarrollos inmobiliarios, ahora el peso está en los acabados y la localización. Por esa razón algunas opciones con tamaño reducido compiten en precio con casas de 100 m².
Las personas que tienen ingresos menores a los ¢400.000 difícilmente puedan vivir en un condominio e incluso comprar casa con un solo salario. El camino que transitan es el de la renta.
La dificultad en la obtención de créditos provoca que los jóvenes que inician la vida laboral prefieran vivir con roommates (personas con quienes comparten vivienda y no comparten vínculo familiar), según Melizandro Quirós, director del Centro de Estudio Financiero e Inmobiliario (Cenfi).
“El problema que tenemos en este momento es que el costo de construcción viene bajando como un 4%. Pero eso es cualquier cosa comparado con el hecho de que desde el 2020 a la actualidad el neto del costo de la construcción es un 16% más caro”, afirmó Quirós.
Diversidad de préstamos
El BCR y el Banco Popular (BP) tienen distintas modalidades de créditos de vivienda, según informaron a EF.
En Banco Popular tiene el Fondo de Avales para Vivienda (FAVI) que permite acceder a la prima del crédito (hasta el 20% del valor del crédito, incluyendo gastos de formalización). Esto aplica para vivienda tradicional en colones y con tasa escalonada.
El BP también cuenta con Vivienda Comunitaria que está dirigido a familias que no tienen casa ni son beneficiarias de bonos. Incluye la combinación de un crédito en condiciones especiales y un bono de vivienda.
“Las familias deben mantener ingresos brutos comprendidos en el estrato salarial de 1,5 a 6 salarios base (desde los ¢457.815 hasta ¢1.831.210 mensuales). Es importante indicar que el valor máximo de la vivienda es de ¢76.500.000, permitiendo financiar hasta el 90% con crédito, pudiendo aplicar el bono otorgado como prima de vivienda por el restante 10%”, explicó Benjamín García, director de Banca de Personas del Banco Popular.
En el BCR tienen Vivienda Accesible y Mi Casa BCR. La primera tiene un porcentaje de financiamiento de 95% más bono o 95% más 5% aportado por el cliente, con plazos de hasta 30 años; en el segundo los montos disponibles son ligeramente menores.
Por otra parte, el BN indicó que “tanto los requisitos como las tasas dependen de las condiciones vigentes al momento de la oferta formal que se le entregue a cada cliente”.