Según La Nación, el presidente de la República, Carlos Alvarado, retó a los candidatos presidenciales a detallar cómo renegociarían el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Algunos candidatos a la presidencia se oponen a la creación de más impuestos para como medida para reducir el déficit fiscal y mejorar las finanzas públicas. Esto significa que la única alternativa posible es la reducción del gasto público.
Según Alvarado, la única manera de reducir el gasto público es por medio del recorte de la planilla. Esto es falaz porque sí es posible reducir el gasto público sin despedir a nadie.
Lea: ¡No al FMI, no más impuestos, ni más endeudamiento!
Según me contaba un exministro de Hacienda, todos los años, entre un 5 y 8% de los empleados del sector público abandonan dicho sector de manera voluntaria, sea porque se pensionan, se trasladan al sector privado o por otras razones personales. Si no se reemplazaran dichas plazas, esto significaría una reducción entre 23 y 34% de la planilla en 5 años sin causar problemas de desempleo. Habría que hacer el estudio pertinente para confirmar y actualizar el dato.
Además, si eliminamos las pensiones con cargo al presupuesto (3,7% PIB), el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) (1,5% PIB) y el salario escolar (0,47% PIB) tendríamos un recorte del gasto público equivalente al 5,23% del PIB.
Pensiones con cargo al presupuesto: Uno de los principales problemas de las finanzas públicas de Costa Rica es la partida para el pago de pensiones con cargo al presupuesto que para el 2021 suma ₡1.148 billones. Esto representa un 3,7% del PIB. Si no lo resolvemos ahora, muchos que hoy cotizan, se quedarán sin recibir pensión en un futuro cercano.
Una pensión acorde con la justicia social debe ser el resultado de la suma de las cotizaciones (ahorro), más los rendimientos generados por dicho ahorro. Quien reciba menos, está siendo estafado. Quien reciba más, le está robando al contribuyente. ¡Esto es lo justo!
En Costa Rica, todos los regímenes de pensiones son con cargo al presupuesto de la República, es decir, con cargo al contribuyente, incluyendo el de la CCSS. La solución no es unificar los regímenes de pensiones en el de la CCSS porque este es injusto. Peor aún, el régimen de la CCSS se basa en un esquema Ponzi (piramidal) que, por definición, está condenado a la quiebra sin importar las reformas que se le hagan.
Ver: Reforma a los regímenes de pensiones
Solo con los regímenes de pensiones de capitalización individual, al estilo chileno, el pensionado recibe lo que le corresponde. Solo los regímenes de pensiones de capitalización individual son solventes, autofinanciables y no requieren de un solo céntimo por parte del Estado.
La solución es eliminar todos los regímenes de pensiones con cargo al presupuesto y trasladarnos a un régimen de capitalización individual siguiendo el modelo chileno.
Eliminación del FEES. El FEES es un subsidio para las universidades públicas que se financia con los impuestos del sector productivo. Este fondo ha venido creciendo de manera significativa sin que por ello haya habido un aumento correspondiente en la matrícula. El presupuesto del FEES para el 2021 fue de ₡524 mil millones (1,5% del PIB)
Según el Quinto Informe Estado de la Educación, el 50% de los estudiantes de las universidades estatales provienen del 40% más rico del país. Tan solo un 22,6% de los estudiantes de las universidades estatales pertenecen a los hogares de menores ingresos. Es decir, el FEES se destina, principalmente, a subsidiar a estudiantes ricos. Esto quiere decir que el FEES es un instrumento que deteriora la distribución del ingreso.
Dado que las universidades públicas tienen una larga trayectoria y un prestigio creado, no habría problema alguno en eliminar el FEES y sustituirlo con aumento en el cobro de la matrícula. Esta propuesta debería contar con el apoyo masivo de los socialistas que piden a gritos que los ricos paguen como ricos y los pobres como pobres.
Ver: Abuso e ineficiencia en las universidades públicas:
No está de más comentar que dicha propuesta no tiene por qué afectar el programa de becas de las universidades estatales. Así como las universidades privadas financian sus programas de becas con el ingreso que obtienen de la matrícula de quienes la pagan en su totalidad, de igual manera las universidades públicas seguirían financiando sus programas de becas.
El salario escolar. Los salarios promedios del sector público casi duplican los del sector privado. Lo correcto es que los salarios del sector público sean inferiores a sus homólogos del sector privado. El sector público no ha sufrido las consecuencias del pésimo manejo de la pandemia del COVID-19 basado en restricciones a la libertad y el cierre forzado de negocios. La eliminación del salario escolar sería tan solo un pequeño sacrificio del burócrata al ajuste fiscal.
Si acabamos con los tres rubros anteriores tendríamos una reducción del gasto público equivalente al 5,23% Producto Interno Bruto (PIB) sin necesidad de haber despedido a nadie en el sector público.
Todas estas medidas, y más, las he explicado con detalle en otros artículos en el blog “La riqueza de las naciones” que publica este medio.
Coincido con el presidente de la República en que los candidatos a la presidencia que se oponen a más impuestos deben aclararle al electorado como piensan recortar el gasto público. Si no lo hacen, su oposición a más impuestos sería pura demagogia.
Las medidas que planteo tendrán la oposición de los socialistas, de los parásitos que viven a costa del esfuerzo ajeno y de quienes gozan injustamente de privilegios. Lo que yo planteo no son medidas populistas ni fáciles. Sin embargo, son las políticas correctas y las necesarias si deseamos convertirnos en un país justo y de primer mundo.
¡No al FMI ¡No más impuestos! ¡Sí a la reducción del gasto público!