En la mayoría de la literatura clásica de administración, se muestra a las empresas como organismos vivos, en constante cambio, en un mundo globalizado.
Sin embargo, es importante entender que, hoy en día, esto dejo de ser una realidad. Si bien es cierto que son cambiantes, es significativo mirar a las compañías como productos que tienen sus propios ciclos, y el reto radica en reconocer las etapas: cuándo es importante subir o bajar el nivel, cuál es el momento para una expansión y, por último, cuál es la línea final en donde se asume el liderato o hay que fusionarse para sobrevivir.
“Nunca te enamores de tu empresa”, decía Gour Saraff, director en España de la Europe Chamber of Commerce, refiriéndose al tema de la volatilidad del mundo en el que vivimos. Si bien es cierto que existen momentos de superávit en las compañías, luego de la caída de Lehman Brothers, las cosas no fueron las mismas.
Las empresas no solo deben ser especialistas en su manejo, sino también en su relación con el entorno. Por citar un ejemplo, qué hubiera sido de Kodak si hubiera logrado mirar más allá.
El verdadero reto de las empresas del futuro no es vivir sino sobrevivir y, para ello, es significativo entender que los grandes logros, demandan grandes sacrificios.
Las competencias globales se ganan con desarrollo local, pero cada empresa posee su propio ciclo. Sin embargo, no puede dejar de lado la relación con el mercado.
Para Rosabeth Moss, profesora de Harvard Business School, existen dos tipos de lineamientos empresariales: ser el número uno y estar dispuesto a pagar el precio que implica, u optar por ser el seguidor, algo que no es despreciable (veamos a Huawei, por ejemplo). Para poder decidir el camino, es vital conocer las fortalezas, debilidades y alcance de la empresa.
Un análisis paso a paso
Si se analiza el caso Inditex, la textilera número uno del mundo, se puede denotar que para alcanzar el nivel de éxito no solo necesitó de grandes esfuerzos sino también de un gran análisis del ciclo de negocio.
La primera etapa tenía como fin lograr un posicionamiento en el mercado español; la segunda, alcanzar una cuota de mercado a nivel mundial a través de la apertura de tiendas y, la tercera, que vive actualmente, un posicionamiento en el mercado online apuntando a la actual era digital.
La lectura de tendencias no solo forma parte del acontecer diario de los CEO sino que demanda gran parte de su tiempo. Y los ejecutivos deben aprender que cada negocio tiene su propio ciclo de maduración y está ligado al sector al que va dirigido. No es posible generalizar entre bienes de consumo o tecnología.
Tampoco existe una receta única para el éxito. Sin embargo, se podrían citar al menos cinco pasos para conocer hacia dónde se dirige la compañía y las medidas necesarias para lograr o las correcciones requeridas.
• Primero, conocer y analizar las fortalezas y debilidades de la empresa.
• Segundo, identificar concretamente el público meta.
• Tercero, conocer las tendencias del sector.
• Cuarto, realizar un plan estratégico a tres años.
• Quinto, establecer las métricas del negocio, aspecto significativo, pues lo que no se mide no se puede mejorar.
En ocasiones, la suma de éxito más éxito es igual a fracaso al cuadrado. Los ciclos son elementos constantes en la vida de las empresas, y el crecimiento desmedido de hoy, no asegura un superávit con el paso de los años; de no ser así aún se utilizarían cámaras Kodak.
Si bien es cierto que es imposible predecir el futuro, al menos se puede estar preparado. Gran cantidad de empresas mueren todos los días, no solo por el tipo de producto sino también por la mala gestión y por no saber distinguir el ciclo en que se encuentran.